Un sitio tranquilo sin pretensiones para tomar algo en su terraza al sol. Propietarios de origen chino muy amables. Bravas abundantes y buenas y siempre te ponen unos cacahuetes.
Bar de barrio regentado por chinos. Bocatas con "poca sustancia". Nada más que comentar, si vas una vez, ya tienes suficiente, a menos que sólo vayas a tomar café.