La huerta de la abuela en Marín

Establecimiento muy bonito, con buena limpieza y atención, probamos pizza, solomillo con patatas y ensalada, todo muy rico, precios muy razonables

El camarero Alex una atención excelente

Comida rica, abundante y a un precio razonable. He ido varias veces y la amabilidad de la camarera deja mucho que desear especialmente si no puedes llegar antes de las 15:00 por trabajo. Presión para que pidas rápido y se les acaban muchas cosas. Lo peor la última vez. Llegamos a las 14:30 con reserva. Tuvimos que esperar para que tomasen la comanda y nos trajesen la comida 45 minutos, y luego trajeron todo junto. Cuando me quejé me contestaron que la cocina cerraba en 15 minutos y comimos el plato principal frío. Los postres no son caseros.

De entrantes pedimos tablas de embutidos y unas zamburiñas. Y de plata principal, croca con patatas. Todo riquísimo. Las patatas caseras y la croca un pelín pasada de cocción, pero perfectamente admisible, y más aún si no les especificamos nada sobre el punto. Las tablas de embutidos muy variada y las zamburiñas en su punto. El problema lo tienen en el vino, que tanto el de "copa" como el Ramón Bilbao que pedimos después, son crianza de 2019; de hecho, le pedimos cambiar una botella porque sabía un poco avinagrado. Los precios me parecen un poco alto. Hay otros por la zona que son igualmente buenos y más económicos.

Con la sociedad actual es raro encontrar locales de este nivel y que traten tan BIEN a los niños. La Pizza muy buena y mi marido me obliga a escribir que tiene una de las vinotecas con mayor y mejor calidad de la zona.

Las elaboraciones de los platos que pedimos no estaban bien: las croquetas de centolla tenían un poco de exceso de aceite (les faltaba escurrir un poco más) además de tener poco sabor a ese crustáceo y los crepes de "boloñesa" no están logrados. No dudo de que las demás elaboraciones que contiene la carta sean igual, probablemente hagan platos mejores, pero lo que pedimos nos hizo bajar las expectativas. A mi pesar, además, tienen dos postres caseros en la carta y pedí uno de ellos pero no disponían de él y me ofrecieron otra posibilidad parecida (no casero) a ese postre que yo pedí. Ya sabía prácticamente cuál iba a ser el resultado de ese postre no casero que pedí, porque ya había probado esa marca, pero igual lo probé y para mi opinión tampoco está bien conseguido (está bueno pero tiene fallos). Realmente el resultado final de la experiencia fue diferente del que esperábamos cuando decidimos entrar a comer y ver los platos que contiene la carta. La segunda visita a este establecimiento es igual o bastante parecida a la primera: no he salido totalmente descontento pero tampoco me han ganado para asistir una tercera vez.

Suelo pedir pizzas para llevar que están muy ricas y a buen precio, con buen tamaño, masa fina artesana y con ingredientes frescos. El servicio es muy atento.

La comida no me gustó nada, insulsa por completo,eso sí el trato por parte de los camareros fue amable y rapido