La Cultural Vigo en Vigo

Fuimos seis al brunch. Estuvo bastante bien, pero tenía un aire un poco turístico. Todo era un poco escueto, un poco exagerado y demasiado dulce a la vez. Personalmente, sentí que todo el evento carecía de sentido. Simplemente no lograba captar el concepto culinario.

¡Uno de los mejores restaurantes de Vigo! Platos de alta calidad, preparados con esmero. ¡Todo está delicioso! Mención especial merecen las tortitas de pistacho.

Excelentes desayunos, bastante completos y buena presentación, el local guapisimo... muy buena la atención... Les falta personal...

Estuvimos merendando mis hijos y yo. Todo riquísimo. Y, sobre todo, la atención un 10. Lo recomendamos mucho. Nos quedamos con ganas de volver para desayunar.

El servicio es lento, pero vale la pena la espera. La comida es increíble. Y, sorprendentemente, los baños estaban impecablemente limpios (imprescindible si tienes niños).

Me encantó la comida pero estaban muy cortos de personal, el qué tenían muy atentos

Exquisito brunch y muy amables, un buen sitio para desayunar con el perrín.

En el corazón bullicioso de la villa de Vigo, cual joya engarzada en corona de noble ciudad, se alza La Cultural Brunch, morada del buen yantar matutino, templo sagrado donde el alba se engalana con manjares de excelsa factura. ¡Oh, qué deleite el mío al toparme con tan refinado albergue de sabores! El aposento, amplio cual salón de castillo, despliega dos pisos de graciosa armonía y una terraza donde el sol danza sobre los manteles como juglar alegre. Su estética, cuidada con primor, es cual tapiz bordado por manos de hadas: líneas modernas y encanto sobrio que invitan al descanso del cuerpo y al regocijo del alma. La variedad de viandas es tal, que ni el más insaciable de los paladares hallará motivo de queja: desde tostadas que crujen como hojas secas bajo botas de caballero, hasta huevos nobles en su punto, acompañados de dulces néctares y bebidas de colores vivos que despiertan los sentidos cual clarines al alba. La atención, presta y afable, es digna de la corte del Rey Sabio. Los mozos, raudos como corceles en batalla, traen los platos con tal diligencia que apenas termina el pensamiento del deseo, ya se halla la mesa colmada. La presentación, cuidada con esmero, transforma cada platillo en obra pictórica, digna de orla eclesiástica o manuscrito iluminado. Aunque centrado en los fastos del desayuno —su noble oficio—, La Cultural Brunch no cierra sus puertas al sediento caminante de otras horas; bien puede uno detenerse a media jornada o cuando el sol declina, y hallar allí refugio y sustento. ¡Ah, bendito sea el destino que me condujo por sendas viguesas hasta esta morada de virtud culinaria! Sea ésta mi humilde crónica para los viajeros del Reino: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ 5 estrellas quedan firmadas por mano de El Trovador de las Reseñas, Caballero andante del Buen Comer, y cronista de los sabores del Reino.

mi amgio se pidió un ice tea piñacolada y la cayó mal a la panza recomiendo que retiren de sus platixos el limon disecado.un saluda mi gente

Primera vez que vamos y estaba todo buenisimo! Pedimos opciones saladas, zumos y café. Los empleados fueron muy amables y la comida llegó muy rápido. Los baños estaban algo descuidados, pero en cuanto a comida y atención, un 10.