La Corneja en Piedrahíta

Sitio acogedor, personal muy amable, cómoda muy rica y muy bien de precio.

Muy rico todo lo que hacen a la plancha. Tienen horario extenso para dicha plancha de mañana y tarde. Al lado de la Plaza de España en Piedrahíta, Ávila. Vale la pena para tapear, recomendable.

He ido varias veces a tomar algo y unos pinchos y me encanta. Buen trato, los pinchos en el momento con muy buena calidad. El ambiente es muy acogedor lo recomiendo

Buen sitio para comer a base de tapas, muy céntrico en Piedrahita

Que hubiera tanta gente no es casual Muy majo el chico que atendía las mesas

Buena comida, el camarero muy competente. Lo peor la ubicación, en una calle muy estrecha y había pocas mesas.

Este bar es de los mejores de piedrahita, hace un chipirón de plato Michelin está muy bueno las revolconas están deliciosas la brocheta de gambas igual en resumen todo está muy bueno un bar de 10 Un saludo

El trato siempre es inmejorable tanto dentro del local como en la terraza atendida por Pablo. Sus pinchos de plancha variados y muy ricos. El minutejo uno de mis preferidos. Buena carta de vinos.

Un buen bar, de los mejores de la zona, con buenos pinchos y buen amiente. Lo conozco desde hace años y sigue estando bien. A veces los mejores sitios no se encuentran en el centro de la plaza del pueblo.

¡Bienvenidos al rincón más auténtico de Piedrahíta, donde las florituras se dejan en la puerta y la tradición manda! Aquí, en este bar de los de toda la vida, el dueño, un tipo más bajo que la media pero con un corazón más grande que su estatura, te invita a sumergirte en un mundo de vermuts que te harán cuestionar tu realidad. ¿Quién necesita una máquina del tiempo cuando tienes un vermut que te transporta a la época de tus abuelos con solo un sorbo? Las tapas aquí son la estrella del show: morcilla que te hace olvidar todos tus problemas (excepto el colesterol, ese no se olvida), lomo que te hace preguntarte si realmente necesitas ese viaje a Italia, y el secreto... bueno, es tan secreto que ni el mismísimo Houdini podría descifrarlo. Todo servido al estilo tradicional, porque aquí, si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Y lo mejor de todo, los precios no te harán llorar al revisar tu cuenta bancaria. Es el lugar ideal para aquellos que buscan saborear la esencia de lo auténtico sin tener que vender un riñón. Así que si estás cansado de los bares modernos que intentan ser más cool que un oso polar en un iglú, ven a este pequeño tesoro de Piedrahíta. ¡Salud por los vermuts y las tapas que no necesitan Instagram para ser apreciados!