La Cocina de Ramon en Logroño

Evidentemente esperaba mucho más de lo que recibimos. El local bien, con buena ambientación, el servicio...regulin, primero no reconocían la reserva, después no sabían que vino habíamos pedido...y la comida...las patitas de cabritillo....bien...las chuletas...normalitas....el bacalao....justito. Los entrantes menos 1 bien....pero como digo las expectativas eran demasiado altas para lo que recibimos. Y además al final tuvimos que buscarles para poder pagar....uffff no repito.

Una gran experiencia. Personal muy atento y el steak tartar impresionante. ¡Muy recomendable!

Buen restaurante con buena comida. Nos esperábamos un “poco más” al tener tantos reconocimientos. Consideramos que si van a cobrar el servicio de pan deben de consultarte primero si lo quieres. Respecto a los platos: los buñuelos de morcilla muy buenos; las croquetas de jamón sin más…; las chuletillas de cordero muy buenas y el solomillo también, muy tierno.

Una experiencia gastronómica excelente en La Cocina de Ramón en pleno corazón de Logroño. Comenzamos con una ensalada de tomate rosa con ventresca, fresca y llena de sabor, para luego disfrutar de un chuletón jugoso, perfectamente hecho, que se deshacía en la boca. De postre, una torrija cremosa y delicada, con el punto justo de dulzor, que fue el broche perfecto para la cena. Todo acompañado de un vino Muga de Rioja que maridó de maravilla con cada plato. El ambiente es elegante y acogedor, y el servicio impecable. Quiero agradecer especialmente al camarero Jhoynner, cuya atención cercana y profesional hizo que la velada fuera aún más especial. Sin duda, un lugar para repetir y recomendar.

Espectacular, la fachada engaña. Tanto la comida como el servicio de 10. Comimos unas goychas de que estaban increibles para compartir, unas patatas a la riojana buenismas y una espalda de cordero que se deshacía. Vale lo que cuesta.

Deliciosa experiencia con el Chef Ramón rondando por allí y tratando de ayudar con el inglés :))

Comida tradicional muy bien elaborada. Todo lo que pedimos estaba buenísimo: menestra, croquetas, pochas, bacalao, manitas y rodaballo. Todo delicioso. Lo único que no volvería a pedir fueron los buñuelos de morcilla. El trato muy atento. Repetiría en este restaurante

Estábamos de paso y fue todo un acierto, la comida elaborada y deliciosa, todo el personal súper amable y pendiente de nuestras necesidades desde el primer momento. Muy recomendable.

Estuve cenando en este sitio en 2019 y guardaba buen recuerdo. Sin embargo, de repente lo cerraron, cambió de dueños o algo sucedió, por lo que dejé de acudir. Pues este último fin de semana decidí volver, así que el domingo 30 de marzo de 2025 comí aquí con mi novia, previa reserva telefónica. Nos sentaron en el piso de arriba, al que hay que acceder a través de unas escaleras muy empinadas y estrechas, como de barco. Una vez arriba, hay dos o tres salas con pocas mesas. Un punto negativo es que la acústica de la sala donde nos sentaron no era muy buena, esto lo sé porque cuando llegamos había un grupo de cordobeses en la mesa de al lado que no es que gritaran mucho, pero el sonido retumbaba y hacía doler la cabeza. Por suerte se fueron enseguida, y luego vinieron en su lugar unos clientes portugueses que hablaban bajito, así que no hubo mayor problema al respecto. Pedimos para beber una botella de Remelluri, de entrante las verduras del mercado (muy sabrosas y con una salsa muy buena), las gyozas de cordero (espectaculares), el solomillo de vaca (riquísimo), y de postre la tarta de queso, que leí que había ganado un premio y obviamente no decepcionó, la mejor textura cremosa que he catado en una tarta de queso. Nos atendió Corina, la camarera rubia, alta y delgada. Una mujer muy correcta, educada, profesional y simpatiquísima. Un 10 para ella.

Todo muy bien. El local (viéndolo por fuera, no te imaginas como es por dentro)la comida y el servicio muy buenos. Volveremos