Mi recuerdo de la Caba de Royan, me han llevado a una pequeña decepción con lo actual. Soy consciente que está sufriendo una transformación. Esperemos consigan, mejorar adecuadamente
José María Xandri Graupera
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12 Febrero 2025
6,0
Sitio espectacular. Lo descubrimos porque queríamos comer con unos amigos en un local conocido cercano a ellos y al no tener sitio reservamos aquí. Pues menudo descubrimiento...la comida no podía estar más sabrosa, el lugar tranquilo y el servicio de 10. Por ponerle un pero, la torrija estaba un poco seca, pero riquísima de sabor.
Sin duda volveremos y enhorabuena por el local y la comida, volveremos.
oscar sanchez
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08 Febrero 2025
10,0
Excelente servicio, variedad de tapas un, menú amplio y variado, un lugar recomendable con ambiente excelente, de lo mejor de alcantarilla.
Miguel DM
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01 Febrero 2025
10,0
Cocina con un toque moderno, buen servicio en un lugar acogedor y moderno a la vez. El personal con uniformes muy limpios .
Eduardo Garcia
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25 Enero 2025
8,0
Muy bien en presentación, muy buen servicio y todo riquísimo.
JM E
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18 Enero 2025
10,0
Excelente calidad, no se precio porque fui invitada pero volveré por mi cuenta.
Servicio de 10
Maria Llorca
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04 Enero 2025
10,0
Hay unas palabras que pronuncia el jefe de sala/sumiller en un momento de la comida, y más menos decían así: “Este es un restaurante de pueblo, y no podemos hacer que nuestra carta de vinos tome una línea demasiado pronunciada”
Inmediatamente pienso en la amplia colección de locales que en los últimos años se han hecho fuertes en lugares minúsculos, mucho más minúsculos que Alcantarilla, que cuenta con una población de 43.049, según la consulta que hago en foro ciudad: En Huerta del Marquesado Fuentelgato, en Casas Ibáñez, Cañitas Maite y Oba (con estrella Michelín), en Tramacastilla Hospedería El Batán, y así podría seguir, incluso en nuestra comunidad propuestas como Deskaro, en La Azohía con una poderosísima carta de vinos, o Carmen Playa en Santiago de la Ribera. Inconmensurable éste último, tanto su carta de vinos como su carta de platos). Es decir, no importa la ubicación si el deseo es tener clara la idea de adonde se quiere llegar.
Mientras que la carta de platos salados, entrantes, primeros y segundos cuanta con un añadido, titulada“algo más canalla”, donde se encuentras las propuestas, en lectura, más interesantes, resulta que en la carta de vinos no hay ese atrevimiento, esas ganas de jugar, esas ganas de proponer bodegas menos trilladas. Ganas de abrirse a una vía que sí se quiere hacer presente en el menú que La Cavalica propone a quien se acerque hasta su mesa.
Comida desigual. Mientras que los primeros compartidos, oreja frita con tartar de gamba blanca, torrezno con parmantier de ñora y ajos, o el brioche de pulpitos muestran una resolución grácil y efectiva, deliciosa la oreja y el torrezno bueno pero algo pastoso, la brioche queda demasiado compacta y poco húmeda.
Sin embargo los segundos quedan, el bacalao con crujiente de cerdo, salado, seco y desilusionador ese air bag industrial, y el final, un lingote de cochinillo que se prometía crujiente, llega demasiado compacto, nuevamente seco y falta de crujiente en la parte de la piel. Aunque comestibles los dos platos no pasan a la lista de grandes platos de un año que está por concluir.
No hay en los postres esa brillantez de las entradas; la tarta de queso queda poco sabrosa y la leche frita también queda en el limbo nebuloso de lo que puede olvidarse por no llegar a tener un punch en boca notable, que es, a fin de cuenta, lo que busco en cada preparación.
Muy entregado y solícito el servicio de sala. Que trata en todo momento de hacer feliz al cliente.
Correctas copas para el servicio de vino.
Merece la pena visitar La Cavalica, claro que sí, pero deberían seguir dándole una vuelta a la cocina y apretar en la carta de vinos. Lo convertiría en un lugar mucho más interesante y de permanencia en el recuerdo.
Explore785914
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29 Diciembre 2024
6,0
Hay unas palabras que pronuncia el jefe de sala/sumiller en un momento de la comida, y más menos decían así: “Este es un restaurante de pueblo, y no podemos hacer que nuestra carta de vinos tome una línea demasiado pronunciada”
Inmediatamente pienso en la amplia colección de locales que en los últimos años se han hecho fuertes en lugares minúsculos, mucho más minúsculos que Alcantarilla, que cuenta con una población de 43.049, según la consulta que hago en foro ciudad: En Huerta del Marquesado Fuentelgato, en Casas Ibáñez, Cañitas Maite y Oba (con estrella Michelín), en Tramacastilla Hospedería El Batán, y así podría seguir, incluso en nuestra comunidad propuestas como Deskaro, en La Azohía con una poderosísima carta de vinos, o Carmen Playa en Santiago de la Ribera. Inconmensurable éste último, tanto su carta de vinos como su carta de platos). Es decir, no importa la ubicación si el deseo es tener clara la idea de adonde se quiere llegar.
Mientras que la carta de platos salados, entrantes, primeros y segundos cuanta con un añadido, titulada “algo más canalla”, donde se encuentras las propuestas, en lectura, más interesantes, resulta que en la carta de vinos no hay ese atrevimiento, esas ganas de jugar, esas ganas de proponer bodegas menos trilladas. Ganas de abrirse a una vía que sí se quiere hacer presente en el menú que La Cavalica propone a quien se acerque hasta su mesa.
Comida desigual. Mientras que los primeros compartidos, oreja frita con tartar de gamba blanca, torrezno con parmentier de ñora y ajos, o el brioche de pulpitos muestran una resolución grácil y efectiva, deliciosa la oreja y el torrezno bueno pero algo pastoso, la brioche queda demasiado compacta y poco húmeda.
Sin embargo los segundos quedan, el bacalao con crujiente de cerdo, salado, seco y desilusionador ese air bag industrial, y el final, un lingote de cochinillo que se prometía crujiente, llega demasiado compacto, nuevamente seco y falta de crujiente en la parte de la piel. Aunque comestibles los dos platos no pasan a la lista de grandes platos de un año que está por concluir.
No hay en los postres esa brillantez de las entradas; la tarta de queso queda poco sabrosa y la leche frita también queda en el limbo nebuloso de lo que puede olvidarse por no llegar a tener un punch en boca notable, que es, a fin de cuenta, lo que busco en cada preparación.
Muy entregado y solícito el servicio de sala. Que trata en todo momento de hacer feliz al cliente.
Correctas copas para el servicio de vino.
Merece la pena visitar La Cavalica, claro que sí, pero deberían seguir dándole una vuelta a la cocina y apretar en la carta de vinos. Lo convertiría en un lugar mucho más interesante y de permanencia en el recuerdo.
antonio gras
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29 Diciembre 2024
6,0
He ido a cenar en grupo y han adaptado mi cena a todas mis intolerancias. Pero no de cualquier manera, como hacen en otros sitios. Sino con platos equiparables a los del resto de comensales y exquisitos. Un trato inmejorable.
Carmen Ramirez
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20 Diciembre 2024
10,0
La comida buena, el servicio bueno, el 🍷 buenísimo, el ambiente de locos 🐔, camarero Mauro muy agradable y Raúl también. Sitio 10 repetiremos. Estos más agradables que los a otros que habían aquí.
Rifo Fernández
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11 Diciembre 2024
10,0