La Caldera en Cangas de Onís

Riquísimo todo y sin problema para entrar con perro!! Para repetir

El mejor restaurante de Cangas con muchísima diferencia. Familiar, sin pretensiones; un matrimonio en el que ella cocina y él sirve las comandas. Simpatía, amabilidad, humor y mucho mucho amor en los platos. ESPECTACULAR en todos los sentidos.

Comida muy rica, el cachopo espectacular y lo mejor el precio, pero mejor sale el humor del camarero que es gratis y tiene un humor que de traca jajajaja esperamos volver sin duda!! 😜

Fuimos a cenar un día de noviembre que hacía mucho frío. El matrimonio que lleva el establecimiento fueron encantadores. Íbamos con un perrito y estuvieron encantados, no nos pusieron ninguna pega y fueron muy amables con él. La comida exquisita: un cachopo muy sabroso, los tortos de queso de cabra brutales y la tarta de arroz con leche para llorar. Se nota que todo es casero y que el producto es de calidad. La sidra increible tambien. Relacion calidad-precio de 10. Muchísimas gracias por el trato y por la experienca, sin duda un sitio imprescindible en Cangas

Atiende sin reserva. Comida asturiana buena y a precio asequible. Muy recomendable

Espectacular toda la comida. Los tortos una maravilla, sidra de calidad y buenos precios. La atención muy amable y el ambiente agradable. Parada imprescindible en el pueblo. Hay pocas mesas y se llena, pero salen rápidos los platos, por lo que no hay que esperar mucho para la mesa.

Comida casera de buena calidad, y servicio y atención excelente

Todo espectacular y para repetir!!!!!

Hemos repetido tras venir varias veces en 2020 y ha sido la mejor decisión ! Qué maravilla de sitio, qué comida más rica y que pareja más encantadora !!! Repetiremos sin duda si volvemos a Asturias Lo único malo es que no reserva y vinimos prontisimo para no perdernos la mejor comida de Asturias pero también es su encanto

Durante nuestras vacaciones por Asturias, descubrimos la Sidrería La Caldera y fue todo un acierto: ¡acabamos comiendo allí tres días seguidos! Es un local pequeño y familiar, regentado por el dueño y su mujer, lo que se nota en el trato cercano y en el mimo con el que elaboran cada plato. La carta es típica asturiana, sencilla pero con producto de gran calidad. Los precios son muy asequibles y las raciones, incluso cuando se anuncian como “tapas”, equivalen a un plato completo. Conviene llegar pronto para asegurarse mesa, ya que el sitio se llena rápido. Nuestra recomendación es dejarse guiar por el dueño: no falla en sus sugerencias. Entre nuestros favoritos: la salchicha de Avilés (sabrosa y jugosa), los cachopos en sus dos variedades (espectaculares), los tortos y el surtido de quesos asturianos. Y si hay algo que nos conquistó de verdad fue su tarta de arroz con leche… tanto, que la pedimos las tres veces que fuimos. Simplemente, increíble. Además, es pet friendly y permiten comer en el interior con tu mejor amigo peludo, un detalle que valoramos muchísimo. En resumen: calidad-precio inmejorable, cocina auténtica y ambiente acogedor. Sin duda, nuestra mejor recomendación para comer en Cangas de Onís.