La Barra de Inchausti en Sevilla

Comer aquí es comer en uno de los mejores sitios de Sevilla sin lugar a dudas. La mejor sopa de galeras del mundo, unas papas aliñadas exquisitas y da igual lo que pidas que es calidad al 100%.

Fantástica combinación de calidad y precio. Buen producto con mejor servicio y en el centro de Sevilla.

La sopa de galera hay que probarla si o si

Muy buena recomendación, destaco su producto de gran calidad y su servicio. Nos sorprendieron sus guisos sobretodo el de cazón con tomate. Quizá el precio vs cantidad mejorable. Su ubicación magnífica para poder aprovechar y pasear por el magnífico centro de ciudad de Sevilla.

Nuestra experiencia fue en restaurante, no sé si en la zona de barra se comportan igual, pero tienen una carta que se podrían ahorrar porque hay un montón de platos que no tienen por una u otra razón y el camarero te trata de colocar a toda costa algún plato fuera de la carta a precios realmente elevados. No pedimos ni mariscos, ni botella de vino, ni postre y salimos a unos 50 € por persona. Respecto a la comida en sí, nada que vayamos a recordar, sin más... su famosa sopa de galeras tampoco nos gustó demasiado, con demasiado aceite.

Comida y servicio de 10. Estábamos de viaje en Sevilla y fuimos los 3 días a comer allí. Restaurantes como este quedan pocos. La comida exquisita y el servicio de los camareros profesional y cercano.

Por fin tuve la oportunidad de visitar este lugar que tenía pendiente desde hace mucho y estaba deseosa de conocer, para probar principalmente su reconocida sopa de galera. Local no muy grande al acceder con esencia de cervecería tradicional, el cual cuenta con mesas altas para comer y una gran barra, donde también puedes comer como hicimos nosotros dado que estaba a tope y nos hicimos de un rinconcito en esta. Si continúas cuenta con un amplio salón de mesas perfectamente vestidas, y todo adornado con motivos marineros y chaquetillas de cocina firmadas por personas relevantes, donde combinan el color blanco y azul de loza primitiva del local con paredes actuales. Su carta es pura esencia mediterránea, donde el pescado y marisco son los protagonistas estrella en todas sus versiones de cocinado. Empezamos con la conocidísima sopa de galera, en el momento que la probé entendí la gran popularidad y renombre de esta. Su potente sabor y esa textura tan característica hace que sea un manjar. Seguimos con una mojama, exquisita y unas tortillitas de camarones de las mejores que he probado hasta el momento. Me trasladé a Sanlúcar de Barrameda con este bocado. Antes de pasar a platos más consistentes cerramos con unas navajas al ajillo muy buenas también. Ya sí que si pasamos a los guisos y nos decantamos por el cazón con tomate y los garbanzos con tagarninas, ambos de diez. El cazón se deshacía al pincharlo, con un sabor brutal y el tomate sabor puro tradicional, eso sí, lo acompañaría con patatas fritas naturales no con las que acompañan. En cuanto a los garbanzos puedo decir que me teletransporté a mi niñez, me vi sentada en casa de mi abuela disfrutando de un cuchareo de verdad, simplemente estaban tremendos. Ambos muy recomendables. Relación calidad/precio muy acertada. Servicio atento, correcto y eficaz. Experiencia gastronómica excelente, altamente recomendable.

Calidad espectacular, servicio impecable y muy conforme con el precio. Trato muy familiar y cercano. Repetiremos siempre.

Restaurante, reservar con bastante antelación. Mesas y barra, hasta que se llenan.

La calidad es alta, y los precios lo son aún más, sobre todo por estar en la ubicación en la que está. Las gambas rojas estaban buenas, pero sin justificar su elevado precio. El salpicón estaba bastante bueno, y las coquinas no tanto. Y respecto al revuelto de ortiguillas... salió el chef en persona jurando y perjurando que estaba libre de gluten... y nos lo trajeron a la mesa con unos trozos de regañá por encima! Esto no es tolerable en un lugar de esta categoría, que cobra lo que cobra tanto por la comida por la bebida. En Sevilla hay sitios mejores y con mejores precios.