Kebak Bar Restaurant en Tarragona

A la hora en que la ciudad se duerme, en ese silencio a veces interrumpido por el graznido de una gaviota que se detiene, el Restaurante Kebak permanece despierto, escuchando a quienes, al final de la noche, aún buscan un fuego frágil para calentarse. Encontré allí una bienvenida sin horarios ni cansancio, una sonrisa ofrecida con la misma seriedad y sencillez de quien sabe que es correcto tender la mano a un transeúnte hambriento. El pan está caliente, la carne perfumada con el sutil humo que se mezcla con el aire húmedo de los callejones, y las especias, dosificadas sin arrogancia, despiertan lo que queda de lucidez en el cuerpo del viajero cansado. Aquí, el tiempo se detiene mientras dura un kebab, y en esta comida, hay más que un simple apetito satisfecho: hay el silencioso reconocimiento de un gesto fraternal en la noche. Así, en esta discreta tienda, encontré la rebelión pacífica de aquellos que eligen, a pesar del absurdo, abrir su puerta al desconocido y decirle sin palabras: “Siéntate, todavía hay un poco de calor para ti”.

Esta institución es perfectamente capaz de adaptarse a los deseos originales de sus clientes al final de la velada.

Nos han atendido con maxima amabilidad, muy hospitalarios, son profesionales

Muy bueno me a gustado mucho Muy amable el camarero El servicio un 10 Increíble de servicio y bueno os lo recomiendo

Comida fantástica a bajo precio, servicio amable y el dueño habla inglés y alemán. Un pequeño y agradable restaurante.

Camarero muy simpático la comida esta super buena. Volveré pronto

La comida esta rico y buen ambiente