Kaos en Palamós

Platos muy refinados, mención especial para la médula con vieiras: ¡¡¡fabuloso!!!

Fuimos el pasado fin de semana y no nos podría haber gustado más. Todos los platos de la mayor calidad, pescado y ostras super frescos. Las croquetas de gamba las mejores que hemos probado nunca, al igual que el pastel de queso. También pedimos el arroz de cigalas, que por suerte les quedaba el último, ¡y nos encantó! Y para rematarlo, todo el personal muy simpático y eficiente. ¡Muchas ganas de volver!

Una experiencia increible, cocina cuidada y una carta de vinos maravillosa. El personal encantador. Repetiremos seguro.

Bienvenida muy amable y profesional, platos deliciosos!

Todo lo que hemos probado estaba buenísimo. Ensaladilla de corball, croquetas de gambas, ensalada de burrata con higos y arroz de cigalas. El postre de Navidad. El servicio muy atento

Está bien situado y la profesionalidad del personal es muy alta, pero la decoración sencilla pero cuidada. Palamós con una mejor calidad-precio. Parece enfocado al turista extranjero acomodado.

Uno de los mejores restaurantes de Palamós, sin duda alguna. Producto de primera calidad, trabajado con gran creatividad y mucho conocimiento. Equipo joven, amable y atento, se ha convertido en una visita imprescindible. Bodega extensa, apta para todos los precios y paladares. Recomendable al 200%. Uno de mis restaurantes favoritos en la comarca. 🔝

Si no quieres fallar este es tu restaurante, comida, servicio y ambiente inmejorable

La carta es muy interesante pero por el precio hay Muchos lugares mejores. - He comido croquetas de gamba mejores. - La ensaladilla no es muy especial VS precio (19€) - El tartar de atún es bueno pero la salsa le reduce el sabor. (25€). - El arroz de escamarlans, lo que es el arroz tiene poco sabor a pescado. (26€) Los pies de cerdo con espardenyes muy buenos (32€). El concepto y presentación de los platos Muy bueno, pero el resultado no me parece a la altura de los precios.

Malgré un service un rien chaotique, les plats que nous avons pris sont exceptionnels. Un os à la moelle et son tartare de Saint Jacques, un poème ! Des accras de morue surmontés d’une fine tranche de lard ibérique ou encore du poulpe et sa sauce « pil pil » pour terminer par un porc ibérique sur son lit de riz, tendre et savoureux. Un grand bravo à l’équipe en cuisine, la salle quant à elle mériterait d’être mieux managée, malgré l’amabilité du personnel, il reste un décalage entre les deux équipes. Une autre suggestion est de faire patienter les clients en attente d’une table ailleurs que dans la petite salle, le bruit y est vite insupportable.