Hotel Posada del Lucero | Monumento Nacional en Sevilla

Elegancia histórica y confort moderno: Reseña del Hotel Posada del Lucero El Hotel Posada del Lucero, Monumento Nacional en pleno corazón de Sevilla, ofrece una estancia que combina el encanto del siglo XVII con las comodidades modernas. Su ubicación es perfecta, a pocos pasos de importantes atracciones como la Catedral y el Real Alcázar. Sorprende la magnífica restauración del edificio, que conserva su pasado histórico en los patios y la fachada. Las habitaciones son espaciosas y están bien equipadas, ofreciendo un descanso tranquilo en un ambiente elegante. Una experiencia única es la piscina doble en la azotea, un oasis de paz con impresionantes vistas de la ciudad. Aquí podrá relajarse después de explorar Sevilla. El servicio es impecable, con un personal amable y atento. En resumen, el Hotel Posada del Lucero es una auténtica joya que combina historia, confort y una ubicación estratégica, haciendo que su estancia en Sevilla sea inolvidable.

Un hotel precioso con una ubicación inmejorable, muy cerca de todos los lugares de interés de Sevilla. El personal es excepcional, siempre amable y dispuesto a ayudar. El hotel se sentía siempre limpio y cómodo, con excelentes servicios como dos piscinas en la azotea y un gimnasio. El edificio era precioso y nuestra habitación era privada, muy cómoda y muy fresca en el calor del verano. ¡Sin duda nos alojaríamos aquí de nuevo!

Uno de los hoteles modernos más bonitos de la ciudad; hacen un excelente trabajo preservando el edificio histórico. Realmente marcó la diferencia en mi viaje a Sevilla. Todo está cerca; podrías caminar horas y el hotel te espera ahí mismo, en una ubicación perfecta, segura y estratégica. El servicio fue extremadamente amable y profesional, la habitación era espaciosa, impecablemente limpia, cómoda y moderna. Planeo volver a Sevilla y sin duda me alojaré aquí.

Nos quedamos un par de días, el hotel está genial, pero lo mejor fue la atención de Elisabet, la camarera, le preguntamos algunas dudas, nos recomendó algunos sitios geniales. 10 de 10.

Habitaciones realmente perfectas, amplias, camas cómodas y grandes, y un servicio de habitaciones impecable. Nos recibieron con una cálida sonrisa y charlamos con ellos desde el principio. Fueron muy amables y nos dieron información sobre qué hacer en la zona. La piscina de la azotea nos dio un aire privado y la temperatura del agua también es perfecta. No podríamos estar más contentos con esta elección; nos alojamos dos noches y no queríamos irnos. Lo recomiendo encarecidamente.

Un hotel realmente hermoso, elegante y moderno a la vez. La ubicación es conveniente y las habitaciones son tranquilas, cómodas e impecablemente limpias. Todo el personal fue siempre amable y sonriente. Recomiendo ampliamente este hotel.

Una experiencia fantástica. El personal siempre amable y atento. Este edificio del siglo XVII ha sido reformado con mucho gusto y se respira orden y limpieza. Un delicado aroma impregna los luminosos pasillos. Las flores siempre están frescas y las velas se encienden por la noche. El desayuno es variado y equilibrado. La cama es excelente y las toallas son de alta calidad. Los pequeños detalles marcan la diferencia: cada noche teníamos botellas de agua limpia, y cuando necesitábamos una plancha, un camarero nos la traía enseguida. Además, para el cumpleaños de mi mujer, nos trajeron una botella de prosecco a la habitación; no lo esperábamos, pero se agradeció mucho. Tener piscina es una gran ventaja en los calurosos días de Sevilla. Todo estaba impecable.

Muy acogedor y céntrico. Habitación individual amplia. Desayuno variado. Lástima que no haya restaurante.

El hotel está situado en el centro de la ciudad, cerca de todas las atracciones de Sevilla. El personal es amable y servicial, siempre dispuesto a resolver cualquier problema. Agradecemos especialmente a Pedro por todo el servicio que nos brindó desde el día de nuestra llegada. Si volvemos, siempre elegiremos este hotel.

Servicio encantador. Nada más entrar, nos recibieron con una sonrisa, amabilidad, mucha información y mucha ayuda. Podías preguntar cualquier cosa en cualquier momento y te ayudaban con una sonrisa. Cada vez que nos cruzábamos con el personal, se levantaban de sus asientos y nos saludaban con una gran sonrisa 😀. El hotel, construido en el siglo XVI, tiene mucha historia. No te desanimes solo por ser antiguo. Las habitaciones están reformadas, son muy sólidas y no huelen a humedad. Dormimos de maravilla. Muy tranquilo, pero lamentablemente solo se oía el ruido de los demás huéspedes al volver tarde. Ni siquiera la familia podía controlar a sus hijos. Se oía eco. Excelente ubicación, lugares para ver y comer. Nos encantaría volver.