El dueño. Un encanto. Agradable, educado. La habitación limpia, calentita. Las toallas y ropa de la cama limpias. Las camas hay que ajustarlas un poco, porque hacen ruido. El desayuno nos lo ponen en el momento. Las reseñas que habiamos leido, nos asustaron. Pero sólo quedo en eso. El sitio es una pasada. Pero necesita un buen mantenimiento, tiene muchas posibilidades. Hemos estado muy agusto. Bien situado.