Goralai en Zaragoza

Un sitio cuidado al detalle!!. Muy recomendable. Estuve en julio y la experiencia reseñable. La comida riquísima!! La sumiller maravillosa y con gran empatia para recomendar vinos!!. El espacio es un antiguo palacete restaurado muy bonito y tienen las mesas justas para crear un ambiente buenísimo. Hasta los servicios están decorados al detalle. Por supuesto la comida es exquisita y con un producto de calidad. Barato no es, pero merece la pena 100%

Pedimos el menú degustación, todo de sobresaliente. Finalizamos con una mesa de quesos, elegidos según gustos del comensal. Servicio y atención de 10.

Lugar estupendo. El trato....la comida....el lugar...para mi....es de 10

Todo estupendo, como siempre. Lo único que estaría bien, cambiasen más a menudo el menú. Hemos ido varias veces y aburre siempre el mismo, por muy rico que esté todo.

Buen servicio y comida de calidad

Enclavado en un palacio urbano que fue construido en el siglo XVI como residencia del Prior Ortal, (miembro de una noble familia zaragozana), nada más entrar te das cuenta que vas a realizar un viaje gastronómico/cultural. Conocí el “local” anteriormente gestionado por dos restaurantes de corte muy distinto, pero aquí, han acertado de pleno. Nos decantamos por el menú PETIT MIMO, y como su propio nombre indica, las elaboraciones han sido tratadas con absoluto esmero y mucho mucho oficio. Sin grandes pretensiones ni alardes en sus productos, tienen una cocina innovadora sin dejar de lado las raíces de la cocina de la tierra, que desarrollan en una armonía perfecta de sabor y esencia. Vajilla y cristalería SOBRESALIENTES. La calidad de un buen vino, depende en gran medida de donde lo tomes y sus copas RIEDEL, lo dicen todo. La bodega, al igual que la comida, ha sido escogida con esmero y dedicación. Se nota que Jasone San Martín disfruta su trabajo y tal y como nos lo definió, la cuida como a un hijo. Los tres comensales coincidimos en que hubiésemos pagado más por la calidad, elaboración y profesionalidad de todo el equipo. Una RCP absolutamente imbatible. Para mí, se ha convertido en un referente en la ciudad de Zaragoza; si combinas excelencia, profesionalidad y una altísima cocina, nada puede salir mal. Volveremos.

Menú muy elaborado y exquisito, con una atención muy personal

Todo genial pero tienen que tener más cuidado con las botellas de agua no estaban a la altura del restaurante estaban sucias

Me gustó mucho, el lugar es muy bonito, amplio y con buena acústica. Tomamos un menú degustación. Cuidan mucho el producto de la tierra, resultan curiosos algunos ingredientes y materias primas como el cacao de algarroba y el agnei. Elaboraciones diferentes, sin ser demasiado pomposas y que deslucen la comida, la presentación de los dulces con el café, me encantó. No recuerdo los pases, pero sí que acabamos satisfechos. El vino, Galáctico, estupendo, garnacha, muy rico. Buena elección. El trato es muy amable, te explican todos los platos sin ser excesivamente pedantes. Espero volver en cuanto tenga ocasión. Gracias por el buen rato culinario que pasamos.

Es un restaurante espectacular. La ejecución de los platos, el servicio de los mismos acorde en el tiempo , las explicaciones de los ingredientes de cada plato realizadas con entusiasmo y rigor, los sabores que trasladan lo mejor de Aragón con texturas y formas innovadoras y todo ello con absoluto mimo……..como lo es el nombre del menu degustación que tuvimos la suerte de descubrir y probar. Además, perfectamente asesorados por Jasone , el vino blanco que lo acompañó fue Lo Pou. Este restaurante nos ha trasladado a los inicios de los mejores restaurantes de estrella Michelin, cuando la esencia se antepone a la fama. Esperamos que su futuro , aunque llevan tiempo y hay mucho, mucho , mucho oficio atesorado en sus manos, les depare todos los reconocimientos que merecen.