Gastrobar La Fábrica Brew-Pub en Cartagena

Visitando Cartagena nos apetecía probar algo nuevo y nos decidimos por este gastrobar que fabrica su propia cerveza. La acogida fue excelente y amable. Pronto nos sentimos como en casa. Para elegir bien la cerveza nos dieron a probar dos variedades con caracteres bien diferentes, de la cual cayeron dos pintas. De la gran variedad de platos nos decantamos por la tortilla de camarones, unas alcachofas, un surtido de croquetas, unos bocadillos de rabo de toro, una marinera de salmón y aguacate y de postre crepes y un coulant de algarroba. Desde nuestra mesa se veía el lugar donde fabrican la cerveza. Un lugar para volver.

Edito reseña porque no me deja añadir otra. Resumen: si en la última reseña le di un 10 hoy le doy un 12!! Luis (dueño) espectacular , Alfonso y Aurora (creo que se llama así, si no que me corrijan) una auténtica maravilla!!! Y una de las cosas que más me gustan, cada vez que entro, desde la cocina no hay día que no “se estiren” para poder llegar a la ventana y saludar! Cada vez que vamos nos gusta más que la anterior. La comida es excelente y muy variada. El sitio es realmente agradable y acogedor. Pero lo mejor de todo es sin duda el trato, Luis y Alfonso siempre tienen su mejor sonrisa y sus mejores palabras para la clientela, y desde dentro, la cocinera siempre tiene una sonrisa para regalarte cada vez que pasas por delante de la ventana. Recomendable al 827%. Obligado conocerlo si eres de o pasas por Cartagena

Fuimos a La Fábrica gracias a un bono regalo, y la experiencia superó nuestras expectativas. Desde el momento en que llegamos, Luis nos atendió con una amabilidad excepcional y nos hizo sentir como en casa. El trato fue cercano, el servicio rápido y atento, y todo estuvo a la altura. Agradecemos mucho el tiempo y la dedicación de Luis, que sin duda hizo de nuestra visita una experiencia aún mejor. Recomendamos totalmente este lugar por su ambiente acogedor y su excelente servicio. ¡Gracias!

un lugar que merece la pena.... la cerveza tiene un toque especial fuera de lo clásico. las explicaciones un complemento genial. la comida muy buena.... repetiremos.... una lástima qué no lo tengamos más cerca

Hace días me recomendaron este sitio. Varios/as compañeros/as de trabajo organizamos una comida. Ayer fue el día que tuvimos el placer de conocer este sitio. Excelente!!!✨✨✨✨✨ Elegimos uno de los menús que nos ofrecieron. Yo, vegana, me prepararon un menú riquísimo. Todos y cada uno de nosotros coincidimos en opinión. Comida exquisita, trato excelente, local acogedor. 💯 x 💯 recomendado Gracias por todo.👌🏼

Buenos mordiscos como las croquetas variadas, el tigre de la casa o las berenjenas fritas. Carne y pescados bien elaborados . Los arroces en su punto destacando el de bogavante.

Asistimos ayer a la visita de la fábrica y la posterior cata de sus productos. La experiencia es muy recomendable, tanto por la calidad de las cervezas y comida, como por el trato directo de todo el personal. Llevábamos mucho tiempo queriendo probar el restaurante y sin duda después de esta cata vamos a ir más de una vez. A modo de recomendación, aconsejamos pedir la cerveza de chocolate acompañada con alguno de los postres de la carta.

Servicio muy bien. Comida muy rica con un toque original y toda casero. Un punto lo de las cervezas artesanales. Un poco alejado del centro pero merece la pena

Cuando llegamos Luis nos atendió con mucha amabilidad, explicando la carta y aconsejando acerca de la cantidad de cada plato. Tomamos dos entrantes y el caldero al arroz de Calasparra, todo buenísimo. El caldero nos gustó tanto que volvimos al día siguiente para repetir. La cerveza la elaboran ellos y nos dieron varias a probar. Calidad/precio estupendos.

Estamos en un sitio especial, donde el dueño, Luis, elabora su propia cerveza declinada en variedades para todos los gustos (para el mío, la de trigo), de las que nos ofrecen una pequeña cata antes de decidir con cuál o cuáles acompañar la comida. La sirven bien fría, deliciosa. Tan rica como nuestra selección de dos tapas (berenjenas crujientes con semillas y miel, y una tosta) y el arroz (de conejo deshuesado), que llegaron después tras las albóndigas de bacalao con tinta de calamar, cortesía de la casa. El postre no desmerece el resto, es la guinda del pastel de una comida perfecta: un sabroso birramisú que nos confirma la creatividad y buen hacer del equipo humano que lleva este bien llamado gastrobar. Al acabar, pudimos entrar a ver de cerca el laboratorio de cervezas de Luis, que amablemente se acercó a darnos algunas explicaciones. Volveremos y os recomendaremos (doy las gracias a María Jesús, que me lo recomendó a mí).