Somos de Navarra y estuvimos antes de noche vieja, por recomendacion de un Gallego. Por ser un lugar tipico de los gallegos. Fue un acierto. Comida casera y exquisita, el vino muy rico y el ambiente casero y acogedor. Los dueños muy majos, nos explicaron como funcionan los furanchos, el trabajo que conlleva etc. Para los que nos gusta saber y conocer la esencia de cada cultura, imprescindible conocer.