La mejor tortilla de patatas que he comido en mi vida (lo siento mamá). Furancho de verdad, de mesas compartidas, comida de siempre y servicio muy ágil. Vino blanco bueno, pan gallego 100% y calidad y cantidad de la comida.
El único pero, que cuándo está lleno hay bastante jaleo. Porque todos alzamos la voz. Volveremos seguro :)