Fonte do Picho en Arzúa

Adriano es un anfitrión impresionante. El dueño es majisimo!!! Y el sitio espectacular!!

Reservamos para cenar y tomamos, una empanada de verduras, zamburiñas, caldo gallego tradicional, carrillada estofadas al mencia, picaña con guarnición y wok de arroz con verduras. Los postres meloso de limón, coulant de chocolate con helado de maracuyá y tarta de santiago. Nos atendió Yamila, conocía perfectamente todos los platos de la carta, es una profesional. Con una persona de estos conocimientos es fácil acertar con los platos. El lugar tiene muchos detalles que parece que te trasladan a otra época.

El personal que nos atendió, espectacular: amables, simpáticos , con todo tipo de facilidades a la hora de elegir. La comida excelente . Destaco las empanadas y la ensalada de tomate . Para volver y recomendar 10 veces

Es un restaurante para eventos, incluso bodas. El precioso edificio de piedra tiene un interior encantador. Los tres menús que me ofrecieron con el código QR eran bastante diferentes; personalmente, habría preferido un solo menú, quizás a la carta. Los tres menús ofrecen un menú completo, con plato principal, bebida de la casa y pan por 37,50 €, aunque los precios de cada plato figuraban junto a la carta. Pedí uno de los menús (primer plato, segundo plato y postre), suponiendo que era el menú completo. También pedí agua y vino. Lamentablemente, el segundo plato tenía un precio 2 € más alto en la cuenta. El pan, así como la bebida de la casa (agua o vino), estaban a precio completo en la cuenta final. Pensé que al menos uno de ellos estaba incluido. Sin embargo, el primer plato tenía un precio 0,40 € más bajo. El Campari con refresco costaba 5 € en la carta, que se añadieron a la cuenta como 4 € por el Campari más 2,20 € por el refresco. Un poco confuso... Por último, el lingot de chocolate estaba mediocre, sobre todo con un sobreprecio de 4 €. Lo pasé bien. El personal fue atento. La comida estaba buena, quizás más adecuada para mesas grandes o como menú fijo para eventos, pero su filosofía de kilómetro cero se nota en los platos. Creo que la carta debería ser más clara; de esta forma, parece que están jugando con la ambivalencia de tener un menú completo y un precio único en la misma página. Si estás planeando un evento o una cena, creo que ofrecen buenos precios y una calidad excelente. Si buscas una experiencia culinaria gallega en solitario, personalmente, la próxima vez miraré otros restaurantes.

Comida espectacular. La atención de Yamila de 10! Volveremos!

Genial la atención, la comida y el lugar.

Lo encontramos de casualidad buscando donde cenar tras el camino y que suerte! Vinieron a por nosotras al pueblo. El sitio es precioso, todo cuidado con mucho mimo y la comida estaba riquísima! Súper recomendable! Un gran descubrimiento!

¡Tuvimos una excelente cena aquí! La comida era excelente y el camarero fue maravilloso. Lamentablemente sé muy poco español, pero ella me explicó todo muy bien en inglés y me hizo algunas sugerencias geniales.

Sitio precioso y muy bien cuidado, muy agradable. Fuimos a comer previa reserva 6 personas en fin de semana. Antes de comer nos tomamos unos vermuts, al precio un tanto excesivo de 4€ cada uno. Servicio muy, muy lento; casi una hora entre la comanda y los primeros a pesar de haber únicamente 4 mesas ocupadas (incluyendo la nuestra) en todo el comedor. A la hora de pedir, nos comentan que la carta que hay en la web no está disponible y que únicamente disponen de menú cerrado con tres primeros y tres segundos para elegir, por 45€ por persona. De primeros pedimos caldo gallego, que estaba muy salado, croquetas y ensalada, adecuadas. Los segundos fueron: bacalao, muy pasado de cocción, tataki de atún, rico pero ración muy escasa para ser un segundo y por ese precio. De postre solo quedaba tarta de queso, con lo que no pudimos escoger más. Cuando el camarero nos preguntó qué tal le comentamos tanto lo del caldo como lo del bacalao, se lo comentó al chef y cuando volvió nos dijo que efectivamente el caldo estaba salado y el pescado se les había pasado de cocción. Fin, nadie se molestó en explicaciones/ disculpas. Sitio muy bonito y con encanto, pero con margen de mejora en cocina y servicio.

Elena es un encanto, a pesar de estar cerrado nos atendió como si nos estuviera esperando. Es de agradecer que alguien te abra las puertas de su casa con tanta amabilidad, comer bien y estar pendiente en todo momento de sentirte cómodo. Volveremos.