Fonda Toldra Restaurant en Ulldemolins

¡Hemos estado en la Fonda Toldrà y nos ha encantado! Habitaciones limpias, camas muy cómodas y la atención de Carmen es de diez. La comida buenísima y el precio muy justo por la calidad que ofrecen. ¡Un lugar donde seguro que volveremos!

Menú de fin de semana completo y casero, el servicio muy amable y atento.

Sitio sencillo y limpio, el almuerzo bueno y casero y la dueña muy amable.

Es un local tradicional. Algo clásico. La comida cazuela, pero hay vagas que en lugares como polígonos mejor de precio y calidad. Que vengan con un carro con postre, y algunos envueltos en celofán, no lo encuentro correcto. Eso sí la escudella un 10.

Hotel acogedor en el medio del pueblo, la habitación bien, camas muy cómodas y todo muy limpio. En cada planta hay una pequeña cocina compartida, con mesas, nevera, cocina, etc. Carmen muy amable.

Había ido de jovencita a comer a menudo con un tío de Ulldemolins. Hoy he vuelto al cabo de los años y sigue siendo un lugar familiar donde comer como en casa.

De lo mejor en la zona. Comida exquisita. Atención inmejorable, muy familiar. Buen sitio para desayuno de tenedor. Habitaciones super limpias y tienen algunas por si vas con perro. Vamos siempre que podemos

Restaurante casero y con un personal atento

Una fonda sencilla pero acogedora, en pleno agosto la tranquilidad es total, porque el pueblo está ubicado en la "Vall del Silencio", con la cordillera del Montsant detrás. Prácticamente por la noche no se siente nada, quizás tuve suerte con la educacion de los demás visitantes, el servicio es excelente, y lastima que no podía quedarme mas tiempo, solo un fin de semana. En la habitación no había aire acondicionado (en esta) pero nos puso un aparato portátil, es una fonda donde además de poder quedarte en su restaurante tienen comedores-cocina comunes a las 2 plantas, por si quieres hacerte tú mismo la comida, y con todos los utensilios necesarios, con el que entraría en casi el norte y el campo, tiene una terracita relajarse un poco mirando el paisaje. El desayuno te lo sirven en la mesa y con mermeladas caseras, algo difícil en la mayoría de sitios. El único inconveniente para personas de movilidad reducida no hay ascensor, y debe aparcarse más allá en alguna plazoleta o por abajo o la entrada del pueblo, pero por lo demás, lo recomiendo por gente que quiera tranquilidad buen trato y un buen precio, familias con niños, porque por la zona hay de todo por ver y disfrutar.

Buen trato, muy limpio, buena gastronomía con platos de la zona. Tiene detalles como la cocina para uso de los clientes o la terraza para salir por la noche a tomar el fresco. Carmen es una gran anfitriona, mejor que en casa.