¡Qué hallazgo! Comimos aquí dos veces durante el mes que pasamos cerca. La primera vez fuimos los únicos clientes pero nos trataron como a la realeza. Nada era demasiado problema para la camarera muy amable pero profesional. La comida fue excelente en ambas ocasiones y nos encantó el poco de teatro con la presentación del curso de sopa. El edificio y los jardines son maravillosos. No puedo recomendarlo todo lo suficiente.