Factoría Cruzcampo en Sevilla

Fantástico y amplisimo local de la antigua fábrica de la Cruzcampo, reconvertido a bar restaurante, con dos plantas para que los amantes de la cerveza puedan disfrutar de muchas variedades y sabores distintos en un ambiente súper agradable. Además es una escuela de hostelería, por lo que te sirven estudiantes de la misma. Se hacen catas de cerveza, eventos, música en directo, etc. Hay que conocerlo y disfrutarlo. Un lugar único para visitar en Sevilla. Tienes que visitarlo.

Nos atendió Alberto en mesa, su atención junto con la estupenda comida y música en directo hicieron que la noche fuese verdaderamente especial.

Nos atendió Alberto, un chico lindísimo de 19 años. Me ha sorprendido. Repetiré

Cervezas por la tarde entre semana, ambiente relajado. Buena cervecería y excelente servicio y conversación con Juan.

Disfrutamos de 3 horas estupendas en este encantador establecimiento. La variedad y calidad de cervezas, vinos y otras bebidas es de primera. Como amante de la cerveza, me sentí en el paraíso; la variedad de intensidades y sabores me permitió probar varias opciones. También probamos vino y sidra. 👍 ¡La selección y calidad de la comida es de las mejores que hemos comido en Sevilla! 👏 Todo el personal es un orgullo. El local está muy bien gestionado y organizado. Mereym y Juan nos atendieron de maravilla, con un profundo conocimiento de la comida, las cervezas y de los objetivos de Factoría Cruzcampo. Sin duda volveremos y, por favor, dejen una generosa propina; trabajan duro. Un abrazo desde Sheffield (Inglaterra) ❤️

Es una experiencia muy chula mi acompañante y yo disfrutamos un montón. Encantador servicio por parte de Samuel Corcuera, el mejor!!

Una experiencia para probar. Asistí con un par de amigos a una cata de cervezas, que nos hizo pasar un rato muy ameno. Comenzamos un una pequeña visita (pequeña, muy pequeña) a la parte superior, donde una chica muy agradable nos explicó un par de cosillas sobre cómo funcionan las cosas allí. Luego bajamos y catamos cuatro de sus cervezas, acompañadas de información sobre las mismas. Una vez acabada la experiencia, decidimos quedarnos a almorzar. Por suerte, guardan un par de mesas para quienes terminan esta visita, porque de norma general hay que reservar. La atención fue amabilísima y rápida. La comida exquisita y original. El precio, un poco por encima de la media, pero está justificado por el propio producto. Por poner un "pero", las cantidades nos parecieron un ppco escasas. Por sobre 30 euros cada uno, el almuerzo es también toda una experiencia gastronómica.

Buen servicio, comida y trato a la Cruzcampo.

Increíble experiencia en el 30 aniversario de la Cruzcampo.

El lugar, por sí misma merece la pena conocerlo, la comida exquisita, el trato amable y cercano. El ambiente me ha gustado mucho