Estrella del Bajo Carrión en Villoldo

Nos alojamos allí una noche, habitaciones bien, buena limpieza y bastante acogedoras. Hay que destacar el restaurante del hotel, que es uno de los mejores que he probado en mi vida. Buen producto y buena ejecución de los platos. El revuelto de boletus no tengo palabras para describirlo, increíble. El desayuno que ofrece tampoco se queda atrás, muy recomendable.

Un espacio contemporáneo da paso a un amplio salón con mesas amplias perfectamente vestidas y preparadas para el festival gastronómico que se va a disfrutar. Bodega amplia con propuestas locales, servicio atento y muy profesional, y una relación calidad / precio excelente. Todos los platos son exquisitos pero destacaría es steak tartar, el rabo de toro, las croquetas y las setas con foie.

He ido a muchos restaurantes muy buenos en toda España, y sin miedo a equivocarme, creo que este es el mejor en el que he tenido la suerte de comer. La mejor cocina de Castilla y León y de lo mejorcito de España. La atención de Paula y Jorge, excepcional. La calidad de la cocina, un espectáculo. Vamos siempre que estamos cerca de Palencia y podemos hacer una escapada a Villoldo. He visto algunas reseñas negativas y la única manera de entenderlo es que los que puntúan negativo son gente que no tiene ni idea y que esperaban ir a un mesón de batalla a comer cantidades ingentes de comida ordinaria por dos duros, y no son capaces de apreciar el nivelazo que tiene este restaurante. Un 10. Si te gusta la gastronomía de calidad y sabes valorar una cocina de nivel, no lo dudes, no fallan.

Todo riquísimo,la carta es amplia y atractiva, un sitio de los que escasean, cocina de verdad,el trato es profesional y amable y el sitio único .

Uno de los mejores restaurantes de España, donde se respeta el producto y te sientes como en casa. Cuando entras, sabes que vas a comer bien, el nivel de la cocina es excepcional, las cosas están en su punto exacto, un genero de la mejor calidad además de trabajar con productos de temporada. Aquí unas simples croquetas te hacen flipar… personalmente no sé qué pedir ya que todo está buenísimo, esta vez elegimos una ensalada templada de manos, steak y entrecot.. A medida que vas comiendo piensas que no va a haber un plato que lo mejore hasta que llega el siguiente… el sabor del guiso… el punto de la carne… el toque de la brasa… bestial. PD. El steak es el mejor del mundo, no hay más, llevo años buscando alguien que lo haga similar y nada, seguiré buscando… Los postres… un delito irse sin probarlos, la cremosidad de los helados caseros, y la mezcla de sabores… increíble, además que tienen el equilibrio perfecto de azúcar por lo que no se hacen nada empalagosos. Helado de queso, recomendadísimo. La atención es impecable, un servicio de 11, tiempos perfectos, cambios de platos y cubiertos, siempre tienes a alguien al lado por si necesitas pedir algo. Aquí se viene a disfrutar, todos los pequeños detalles hacen que la experiencia sea única. Muchas gracias.

Todo es perfecto, el lugar y el comedor tienen una preciosa decoración, el ambiente muy agradable, el servicio atento y la comida absolutamente deliciosa, y un precio estupendo , no se puede mejorar la experiencia

Restaurante amplio, con muy buen servicio, atentos en todo momento por si faltaba cualquier cosa. Sirvieron los distintos platos al ritmo adecuado. La comida muy muy buena. Un pequeño aperitivo de tostadas con mantequilla casera hecha por ellos mismos, sopa castellana, croquetas de jamón deliciosas, pimientos asados también muy buenos, revuelto de setas en su jugo uffff también muy bueno, alubias tipo fabada, y como plato fuerte, lechazo (no me acuerdo que parte era del lechazo, pero estaba muy bueno, se deshacía la carne en la boca) y como postre una especie de arroz con leche, pero versión moderna, me sorprendió y me gustó. Hasta el café estaba bueno jeje.

La comida y la atención de 10! Muy buena relación calidad precio

Restaurante con gran calidad en el producto y su preparación, me sorprendieron gratamente los pichones estofados y el rabo de vaca. El postre sublime, un tocinillo de cielo con nata y trocitos de mango. Buena mantelería y vajilla, y en cuanto al servicio desigual, una camarera muy agradable pero otro personal un tanto seco en el trato. En la parte negativa indicar el precio elevado, especialmente en los vinos. El pan muy flojo, eso lo notamos los gallegos en cuanto salimos de Galicia, qué pocos restaurantes tienen un pan de calidad.

Relación calidad/precio regular. Habitaciones faltando lo mínimo imprescindible. Desayuno escaso.