EL Secreto de la Catedral en Cuenca

Estábamos pasando la mañana en Cuenca y aprovechamos para visitar la catedral. Poco antes de entrar vimos en uno de sus laterales este restaurante. Vimos el menú, nos pareció interesante y decidimos echar un vistazo. En la terraza hacía frío, por lo que probamos suerte en el interior. Lo mejor de todo es que desde el momento en que cruzamos la puerta nos sentimos acogidos. Tuvimos suerte porque al poco de entrar se quedó una mesa libre y a los pocos minutos nos acompañaron hasta nuestra mesa. El salón es encantador, acogedor, bien decorado e iluminado. Pero pequeño, por lo que aconsejo hacer reserva. De entre todos los platos optamos por las alubias con oreja, las migas con uvas, la parrillada y por supuesto la albóndiga de ciervo. Sobre la parrillada,cuya carne se deshacía en la boca he de destacar las patatas que en principio no pensábamos comerlas porque las raciones son muy generosas y honestamente no nos cabía más, pero que al probar una no pudimos parar. Lo mejor de ellas,su piel crujiente. La albóndiga de ciervo y su sabor contundente no se puede describir. Hay que probarla. Fue en general una experiencia para recordar y un lugar para volver a visitar. Y si algún día le cambian el nombre que sea el tesoro de la catedral.

No me di cuenta de que el establecimiento tuviera planta alta; la planta baja es un poco oscura, pero muy colorida. Pedimos a unos especialistas locales y no nos gustó nada.

Fuimos a probar la famosa albóndiga de ciervo y algún plato más. La comida está buenísima además de buen vino pero el servicio deja muchichisisisisimo que desear. Caras de agobio o directamente pasaban de nuestra cara, o se olvidaban de sacarnos cosas y se las sacaban a otras mesas. Estaban más pendientes de las mesas que se vaciaban para colocar a la gente que hacía cola que de hacer un buen servicio a las mesas que ya estábamos comiendo. El único salvable del personal de fuera el metre, los demás entre 3 no hacían 1.

El lugar es un éxito. Los camareros son un encanto, atentos sobretodo el jefe de sala y la maitre que está en la puerta para sentar a la gente. La comida es increíble fuimos a comer en el puente de diciembre, mi pareja y yo.Todo buenísimo, pedimos huevos con trufa , croquetas y la albóndiga de ciervo, un espectáculo. Pedimos, 5 copas de vino blanco, que estaba buenísimo.Para finalizar pedimos una torrija con helado, que estaba súper buena . Relación calidad precio, perfecto. Lo recomiendo 100% y todo a unos pocos metros de la catedral y la plaza mayor, con mucho ambiente y buen rollo. Gracias por la atención y la comida, repetiría sin duda!!!!!

Muy buen sitio lo recomiendo, buena atención y una comida excelente en pleno centro. Muy buen precio calidad

Como su nombre indica esta justo a un costado de la catedral en plena zona turística. El local es encantador, su comida es buena en general, recomiendo las alubias con oreja. Personal atento y servicial, lo única falla que le encuentro es en los baños de mujeres que el cerrojo no cerraba. Precio, 16,50€ el menú del día.

Fantástico el restaurante, en consonancia con la ciudad y un servicio excelente comandado por Luisa, pendiente de sus clientes. Buen ambiente y siempre con una sonrisa

Pedimos las migas y las croquetas y nos incluyeron una tapa con las consumiciones. Muy buena localización y atención por parte de los trabajadores.

Una cena inmejorable. La atención de 10. La camarera rubia de pelo largo fue simpática, agradable y nos aconsejó genial. Nos atendieron al instante a pesar de ser 10 de agosto. Buena calidad en la comida, la albóndiga de ciervo espectacular. El precio muy razonable para el sitio donde está, en plena catedral. Diría que precios normales para cualquier otro sitio. Sin duda para volver y recomendar

Muy buena localización. Me atendieron muy rápido y me recomendaron la albóndiga de ciervo que estaba muy buena. Muy buena opción para comer.