EL RIU en El Castell de Guadalest

Muy rica la olleta y la tarta de nísperos...y que decir de ese vinagre de naranja y después de comer se acerca uno a la tienda: mieles; aceites; olivas. Todo típico de la zona y muy buena calidad...siempre vuelvo.

Toda comida era muy sabrosa😉 Es recomendable reservar mesa con antelación.

Como siempre, excelente comida casera y muy profesional...te sientes como en casa

Restaurante familiar. Es una propiedad con tres zonas diferenciadas: museo de motos clásicas y minicoches, tienda y restaurante. Las tres zonas muy interesantes. En el museo he estado un par de veces, y vale la pena. La tienda es muy interesante porque tiene muy buenos precios en productos autóctonos. Destacaría los vinos, muy variados, con especial atención a los de la zona, a granel, con una relación calidad-precio fantástica. Reseñables los aceites, las mieles y los chocolates, todo autóctono. Particularmente, esta vez, llevé mandarinas y tomates del terreno, a precio de derribo. El restaurante cuenta con dos comedores, uno de ellos, terraza. El mobiliario recio y decoración del pasado, de acuerdo a la filosofía del establecimiento. Su especialidad son los productos a la brasa. Tiene tres menús, uno diario, otro especial y otro de cuchara. Optamos por el menú especial, de 22 € sin incluir bebida. Ponen un aspencat y unas patatas de obsequio. Cominos de primero croquetas y embutidos a la brasa, y conejo y dorada a la brasa de segundo. Todo estaba muy rico. De postre, una tarta de queso, espectacular, y melón. Para beber, vino de la casa en frasca, muy estimable. El servicio resultó un tanto lento. Un lugar curioso de visitar, con comida muy bien elaborada. Recomendable.

Lugar de parada obligatoria. Excelente relación calidad/precio.

Carne a la brasa riquísima, las verduras y embutidos a la brasa deliciosos. Personal muy amable.Fuimos con dos niños y salimos encantados.

Restaurante de montaña, degustación de carnes a la brasa al fuego de leña, los fines de semana lo mejor es reservar buena carne en cambio una pequeña ración de patatas fritas para cuatro personas. El lugar es ruidoso pero eso es normal porque es un local muy grande y. mucha gente

Fui allí por casualidad a la hora del almuerzo. Conseguimos plaza incluso sin reserva. La sopa de verduras estaba muy buena, la ensalada mixta fue un poco decepcionante, demasiado maíz enlatado, podría haber habido un poco más de verduras locales frescas. La carne estaba muy sabrosa ya que se cocinaba afuera en una parrilla de leña. Lo malo es que el filete de cerdo ibérico era bastante pequeño. En lo que respecta al servicio, hubiera esperado que me repartieran vinagre, aceite, pimienta y sal sin que me lo pidieran.

Lugar atípico ideal para descubrir la cocina española y los productos locales cocinados al carbón.

Llevamos 30 años viniendo aquí una y otra vez y siempre es bueno.