El Rincón de Nica en Mérida

Un sitio perdido pero mereció la pena ir. Mica es una señora muy agradable y su padre el cocinero un abuelo entrañable. Unos huevos fritos con patatas y un pisto exquisito.

Lo mejor que se puede decir en estos tiempos de un restaurante es que sea honesto. Este es un lugar que respira honestidad por los cuatro costados... No se dejen llevar por la primera impresión y si ven las puertas abiertas, entren sin pensarlo.

Lo mejor que se puede decir en estos tiempos de un restaurante es que sea honesto. Este es un lugar que respira honestidad por los cuatro costados... No se dejen llevar por la primera impresión y si ven las puertas abiertas, entren sin pensarlo.

Trato muy Entrañable en un lugar peculiar, comida de calidad , muchas gracias Nica y Manolo por vuestra atención.

Maravilloso! Un rincón a descubrir. Una pareja tan entrañable como honesta. Disfrutamos de unos huevos fritos de corral, pisto del huerto y patata casera. Cariñoso trato y precio más que razonable. Volveremos

Comida casera elaborada con mucho gusto, especialmente el rabo de toro y los helados. El trato muy agradable

Llegamos al Rincón de Nica, a través de las reseñas de Google buscando donde comer de camino de vuelta a Madrid, el lugar un descubrimiento que nos servirá para próximas veces… la comida, exquisita y del trato que decir nos hicieron sentir como si estuviéramos comiendo en el salón de nuestra casa, inmejorable. Repetiremos sin dudarlo.

Un gran descubrimiento. Pensábamos que estaba cerrado porque no había nadie, ya nos ibamos, cuando salio el dueño a decirnos que estábamos en nuestra casa, que comeríamos bien, y así fue. La mujer que nos atendió encantadora también. Todo riquísimo. Volvemos, sin duda. Cada vez que pasemos por Merida, ya sabemos donde comer.

Muy rica toda la comida y muy buen servicio por parte de Nica. Precios muy razonables y platos muy contundentes. Lugares que se agradecen.

Una joya escondida en Mérida que te hace sentir como en casa desde el primer momento. El Rincón de Nica es un restaurante acogedor y con alma, donde el ambiente íntimo se complementa a la perfección con la hospitalidad de sus dueños, Lalo y Lali, una pareja encantadora que cuida cada detalle con esmero. Su atención es cercana, cálida y natural, como si compartieras mesa con amigos de toda la vida. La experiencia gastronómica fue excelente. Empezamos con unos aperitivos cortesía de la casa: jamón del bueno y queso y un gazpacho recién hecho un detalle que ya marcaba el tono generoso y auténtico del lugar. Luego disfrutamos de un rabo de toro cocinado a la perfección, un solomillo jugoso y sabroso, y una ensalada fresca y equilibrada que acompañaba muy bien los platos principales. De postre, el flan casero nos conquistó por su textura suave y sabor tradicional, mientras que el helado de regaliz y menta fue una sorpresa deliciosa y original, ideal para cerrar la comida con un toque refrescante. En resumen, El Rincón de Nica es mucho más que un restaurante: es una experiencia entrañable donde la buena comida, el cariño y la hospitalidad se combinan de forma impecable. Sin duda, un lugar al que siempre querrás volver.