El Monje de Santa Ana en Las Palmas de Gran Canaria

Lugar muy bonito al pie de la catedral. Servicio amable y buena comida.

Pasamos dos personas por casualidad por ahí mientras buscábamos algún lugar para picar algo por la noche y nos sorprendió gratamente, tanto la comida como la profesionalidad y amabilidad del personal y por supuesto el encanto nocturno de la plaza de Santa Ana. Precios bastante asequibles para ser Vegueta.

Queríamos tomar un almuerzo rápido o unas tapas antes de dirigirnos al aeropuerto. Esperamos unos 15 minutos a que la camarera tomara nuestro pedido. Pedimos patatas arrugadas, carpaccio de pulpo, chorizo ​​a la sidra, tres mini hamburguesas y bebidas. Conseguimos las bebidas relativamente rápido. Al rato llegaron las patatas y las tuvimos que comer sin chorizo ​​porque llegó 15 min después de las patatas. Después de eso, no recibimos ninguno de los platos pedidos hasta dentro de 30 minutos. Cuando les pregunté a los camareros sobre la otra comida que pedimos, ella pareció sorprendida. Pasaron otros 10 minutos y mi esposo preguntó sobre nuestro pedido. El camarero con el que estaba hablando no fue muy amable y le dijo que se relajara. Cancelamos el carpaccio de pulpo pero nuestro hijo tenía hambre así que esperamos las hamburguesas. La comida era deliciosa, el lugar es agradable y vimos algunos postres deliciosos, pero toda la experiencia fue bastante desagradable.

Hemos venido a probar los vermut y nos han encantado, tenía una amplia variedad y todos muy buenos, el servicio maravilloso, nos hemos sentido como en casa.

Entramos por casualidad y nos encantó. ¡El almogrote y las papas arrugadas están increíbles! Todo acompañado con un vinito canario... El personal simpatiquísimo! Este local ya está guardado en mi lista ☺️

A pesar de la ubicación céntrica y turística, muy buenos precios y oferta variada. La condición fue rápida, atenta y amigable. El menú está disponible digitalmente en varios idiomas mediante código QR. Recomendación más completa.

Lo mejor... el sitio que es agradable por tener terraza con vistas a Santa Ana. La comida, bueno... no está mal. Relación calidad precio aceptable. Lo peor... el servicio. Un solo camarero para la terraza el interior, cobrar y lo que sea que tenga que hacer. Así está el pobre camarero que no da para más... ni amable ni atento ni con ganas.

Estuvimos 2 veces en el mismo día y las 2 veces hemos comido de 10 y la atención, sobre todo del camarero, es de 10.

Estuvimos tres amigas, tomamos algunos vinos y vermut y una tabla de quesos canarios. Recomendamos el vermut de Lanzarote 👌🏻 el personal muy majo.

Restaurante/cafetería muy bonito y pequeño. Personal amable y cortés con excelente comida. Estuvimos allí varias veces y nos encantaría volver.