El Mig Restaurant en Olot

Se trata de un bar-restaurante situado en el centro de Olot, concretamente en la Plaza del Mig. Tiene una amplia terraza y un local también muy espacioso, con una decoración atractiva e informal a la vez. Ofrecen carta, un menú diario por 16,50 euros con bebida incluida y ofrecen también un menú degustación por 36 euros. Nosotros hemos hecho el menú diario y ha sido un placer saborear cada platillo servido, hasta el punto de querer volver para probar su menú degustación. En la carta ofrecen una larga y cuidada relación de "platitos", bien elaborados, de gustos exquisitos y muy económicos. ¡Sin duda que este restaurante me ha sorprendido gratamente y me he quedado con ganas de repetir! Además destacaría que el servicio ha sido muy cercano, simpático, amable y atento, ¡la cosa es motivo de satisfacción! Y para colmo, (si te gusta la cerveza), disponen de una extensa relación de cervezas artesanas!

ha sido una experiencia agradable, volveremos seguro! el servicio y la comida de 10

La comida Increíble!!! Las raciones son de degustación totalmente equilibradas Un placer por el paladar El Servicio super amables y Simpáticos Un lugar para dejarse llevar totalmente por las recomendaciones, sin apenas mirar la Carta Recomiendo totalmente !!! Volveré Seguro Usted es un Cracks !! Gracias por todo lo que hace allí Calidad Precio un 10

Cenamos muy a gusto. Todo perfecto, cena original y los que nos atendieron muy majos. Una gozada, y con ganas de repetir. Eskerrik asko!

Mucha variedad de platos y todos buenísimos. ¡Me encanta poder probarlo todo! El meloso de ternera con ratafía... Mmmm...

Acudimos a la hora de comer por casualidad. Muy buena la calidad y la preparación de la comida. Nos atendieron estupendamente, muy simpáticos y profesionales Altamente recomendable

Como en casa con Los del medio. Cocina tradicional catalana y de la zona. Con algunas propuestas de fusión muy interesantes. Carta extensa también de cerveza artesana. ¡Un gran lugar con un servicio impecable! ¡Seguimos!

Excelente comida, bebidas y servicio.

Nos atendió Jordie (probablemente no sea la ortografía correcta). Un gran personaje que explicó perfectamente la comida y las cervezas. ¡Y qué comida! Absolutamente delicioso. Mi favorito eran los caracoles hechos con la receta de la abuela de 92 años. Regado con una excelente IPA.

Andábamos un poco perdidillos a ver donde podíamos cenar, de casualidad entramos en una plaza como de patio de viviendas y nos metimos en este gastrobar. Se trata de pequeñas raciones PERO espectacular se queda corto. Uno de mis mayores placeres es comer bien y superó mis expectativas con mucho. Especialmente el ravioli, afortunadamente me aconsejaron no compartirlo… hoy mato. El melòs de vedella se deshacía, el carpacio fuera de serie… ¿Y los postres? No suelo pedir porque me decepcionan casi siempre, pues allá vamos, la festa de chocolate (¿petazetas? ¿Llevaba petazetas?) y el sorbet de mandarina…. Uffffff… allí cayó hasta el gintonic de la noche. Quizás mi mejor recuerdo de las vacaciones sea esta cena.