El Jardin Vertical en Vilafamés

Un lugar encantador, con unas vistas preciosas a la montaña. Tranquilo, acogedor y perfecto para desconectar. El trato del personal fue excelente. Sin duda, volveremos.

Esta casa rural está muy bien decorada y se encuentra en un sitio tranquilo, el pueblo es muy pequeño pero es bonito , lo que es un punto a favor. La dueña , muy amable en todo momento, se aseguró de que la cama fuera cómoda, lo que fue un detalle agradable y primordial para nosotros, ya que así lo pedimos cuando hicimos la reserva . De hecho la comodidad de la cama era para nosotros esencial . Sin embargo, su ubicación en una cuesta, en la parte de arriba del pueblo , puede ser un desafío, además el coche no se puede aparcar arriba , y si quieres salir de ahí , hay que subir y bajar constantemente. Además la casa , no tiene ascensor, lo que significa que hay que subir muchas escaleras para llegar a las habitaciones por lo que no es apta para personas con dificultad de su movilidad. Nuestra habitación, muy bien decorada, era una buhardilla en el último piso, sin vistas, y la noche fue un desastre debido al calor que hacía. Las ventanas de esa habitación son muy pequeñas , lo que dificulta la entrada de aire , y además las mosquiteras estaban rotas, lo que podría permitir la entrada de insectos, por otra parte , el aire acondicionado tenía una bomba de achique que hacía mucho ruido, lo que nos impidió usarlo por la noche. El agua caliente no funcionaba, lo que no fue un problema mayor , debido al calor, pero fue un detalle que nos molestó. Nos llamó la atencion que estos problemas se lo comentamos a los dueños, con intención de mejorar , y no le dieron importancia a la vez que manifestaron su desconocimiento, y cero empatía. Lo único bueno de la habitación fue la cama , ojalá nos hubieran podido poner en otra habitación con la misma cama, quizás no hubiéramos pasado tanto calor . El desayuno era correcto, sin demasiada calidad , y poca cantidad, pan , queso sobrasada , sandia, café con leche y croissant pequeño , pero no nos dieron la opción de elegir qué queríamos desayunar. La cena, que costaba 37 euros, nos pareció cara, y sumado a que no solemos cenar apenas , nos inclinamos por no cenar ahí. También tuvimos la mala suerte, de que la mayoría de los bares estaban cerrados el lunes y martes, lo que nos limitó las opciones para comer y beber. En general, no recomiendo esta casa rural para días calurosos, y más en esa habitación, ya que el calor en la habitación era tremendo 200 euros por una noche de calor y problemas no es un buena opción . Quizás en otra habitación hubiéramos estado mejor aunque, dada la experiencia , no creo que repitamos .

Nos hemos alojado este fin de semana pasado. El hotel maravilloso, cabe destacar la amabilidad de la gente que trabaja allí, la comodidad de la cama y el desayuno. Nos alojamos en la habitación 2. Precioso, completamente rústico y con un encanto singular. Sin duda repetiremos.

Recomendado contratar el masaje en la habitación, noelia es genial. El hotel es muy bonito,pero si viajas con mascota este lugar no es para ti, aunque ponga que admiten mascotas no las quieren aqui.

Hotel con muchísimo encanto en un pueblo pintoresco. Agradecer a Teresa su buen hacer, manteniéndose siempre atenta y pendiente de lo que necesitábamos. Pedir disculpas por el malentendido con el tema mascotas, que ha causado cierta incomodidad por parte de gerencia, y esperamos que nuestros perrigatos hayan dado la talla, después de vuestra tolerancia.

Ha sido un fin de semana especial, el hotel precioso y el servicio espectacular

Gloria lleva este negocio con mucho rigor y profesionalidad, me hizo sentir como en casa. Gracias!

Trato excelente. Desayuno muy bueno. Un hotel para descanso.

Restaurante de una casa rural, de hecho no se puede cenar o comer si no estás alojado, pero nosotros tuvimos la suerte de que nos dejaran, lo cual fue toda una suerte porque la terraza del restaurante es muy muy bonita. Como su propio nombre indica, la terraza tiene toda la pared cubierta de la enredadera ampelopsis o parra virgen lo que le da al rincón un aire muy fresco y natural. El rincón tiene partes de ladrillo antiguo y las mesas y sillas son de jardín con piedra. Me encantó. El menú lo tuvimos que elegir antes de ir. Correcto. El servicio muy amable y familiar.

Una experiencia maravillosa. El hotel rural es una delicia. Está en el casco antiguo de Vilafamés. Las habitaciones son espaciosas y decoradas con un estilo rústico encantador. Destacar, sobre todo, la amabilidad de las personas que lo regentan y de la que nos atendió en el desayuno. Sin duda, una experiencia para repetir