07/06/2025: Hay sitios que te dan de comer…
Y hay sitios que te alimentan el alma.
La Finca 98 es eso para nosotros.
No es un bar, no es una cafetería, no es una pizzería.
Es nuestro lugar.
El punto de encuentro. La pausa sagrada. El rincón donde todo sabe mejor.
Aquí nos han visto llegar con sueño, con prisa, con hambre, con risas, con días buenos y no tan buenos.
Y siempre, siempre, nos reciben con la misma sonrisa, con ese café perfecto, con el jamón que parece cortado por los ángeles y la pizza que nos hace pecar cada vez.
Pero lo que de verdad hace especial este sitio no está en la carta.
Está en las personas.
Arturo, que te ve entrar y ya tiene lista tu comanda.
Gabriel, que no falla una. Rápido, atento, encantador.
Yoselin, que con solo mirarte ya sabe si te apetece dulce o salado.
Álvaro, que prepara el café como si fuera el primero del día, aunque sea el número cien.
Cristina, que no deja que nada se le escape, y siempre con esa energía que contagia.
Raúl, que convierte cualquier petición en una misión cumplida con estilo.
Y Sebastián, que con su presencia ya mejora la tarde.
Son más que un equipo. Son parte de nuestra rutina, de nuestra historia, de nuestros días.
Y lo decimos alto y claro:
sin ellos, Madrid no sería lo mismo.
Nos han visto crecer, venir en grupo, pasar de clientes a casi familia.
Porque aquí uno se siente querido.
Y eso, en estos tiempos, es un milagro.
Raciones generosas, productos ibéricos y portugueses de primera, meriendas abundantes, atención impecable.
Y lo mejor de todo: no hace falta tener un motivo para venir.
El motivo es venir. Todos los días, como quien regresa a casa.
Porque hay lugares que se ganan una estrella…
Y hay lugares que se ganan el corazón.
Gracias, Finca 98. Gracias por tanto.
07/06/2025: ⭐⭐⭐⭐⭐ LA FINCA98 – NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO
Si tuviéramos que definir La Finca 98 en una sola frase sería esta: “el alma de Rivas, el corazón de nuestros días y el sabor que nos une”.
Hablar de este sitio es hablar de una experiencia, una familia y un ritual diario. Porque no es solo un restaurante una cafetería un bar : es nuestro refugio, nuestro punto de encuentro, nuestro oasis de alegría y sabor en medio del trajín madrileño. Cada visita se convierte en una celebración y cada uno de los chicos y chicas que allí trabajan son parte esencial de esta pequeña gran comunidad que hemos construido alrededor de sus mesas.
🍽️ UNA EXPERIENCIA GASTRONÓMICA CON ALMA
Desde que cruzas la puerta, sabes que estás en un lugar especial. El olor del jamón recién cortado, el aroma del mejor café de todo Rivas, y esa calidez que no se improvisa, te reciben como si estuvieras llegando a casa.
La comida es simplemente de otro mundo:
• El jamón, ¡madre mía, el jamón!, no se compara con nada en kilómetros a la redonda.
• Las pizzas, que nos hacen decir “una más, por favor” aunque ya no podamos más.
• Las raciones portuguesas y españolas, servidas con generosidad y cariño, perfectas para compartir, charlar y repetir.
• Y qué decir de las meriendas… Un festín diario, con productos frescos, abundantes y preparados con mimo.
Aquí no se viene solo a comer. Se viene a vivir.
👑 ATENDIDOS COMO REYES
No hay palabras suficientes para describir a los que hacen posible esta magia todos los días:
• Arturo, el alma del lugar, con esa sonrisa que ya nos levanta el ánimo antes de sentarnos. Siempre atento, siempre presente, siempre impecable.
• Gabriel, rápido, profesional y con una energía que contagia. Te sabe lo que quieres antes de que lo digas.
• Yoselin, un encanto de persona, cercana, eficaz, y con una dulzura que hace que cada merienda sepa aún mejor.
• Álvaro, el maestro de la barra, el café en su punto perfecto, y ese trato de amigo que tanto se agradece.
• Cristina, detallista, ágil y con una actitud siempre impecable. Una de esas personas que da gusto ver.
• Raúl, simpático, eficiente y con esa actitud de “todo se puede”. Se nota que le gusta lo que hace.
• Sebastián, un crack. Sabe estar, sabe atender, sabe conectar. Hace que cada visita sea un placer.
Juntos forman un equipo de oro. Es un lujo ver cómo se mueven con sincronía, cómo se anticipan a lo que necesitas, cómo te hacen sentir VIP aunque vengas en zapatillas. Porque para ellos cada cliente es importante, cada mesa es especial y cada día es una oportunidad de brillar.
☕ UNA RUTINA QUE NOS CAMBIÓ LA VIDA
Somos grupos enteros que vamos todos los días. Sí, has leído bien: todos. los. días. No podemos evitarlo, La Finca 98 (como le decimos con cariño) se ha convertido en nuestro punto de encuentro sagrado. Entre cafés, meriendas, cenas, pizzas, raciones y risas, hemos tejido aquí una red de afectos que trasciende lo gastronómico.
Gracias a ellos, nuestra vida en Madrid no solo es más sabrosa, es más feliz.
Nos sentimos escuchados, atendidos, valorados. En un mundo cada vez más frío y automatizado, este rincón conserva la calidez de lo humano, el valor de lo auténtico y el gusto por hacer bien las cosas.
💥 EN RESUMEN
La Finca 98 no es un simple restaurante. Es un símbolo.
Es la prueba de que todavía hay lugares donde te miran a los ojos, te llaman por tu nombre y te sirven con el corazón.
Es ese sitio al que vas una vez… y ya no puedes dejar de volver.
Por todo esto y mucho más:
Gracias Arturo. Gracias Gabriel. Gracias Yoselin. Gracias Álvaro. Gracias Cristina. Gracias Raúl. Gracias Sebastián.
Ustedes no trabajan en un bar. Ustedes construyen comunidad.
Y eso vale más que cualquier estrella Michelin.
¡Nos vemos mañana! Porque claro… ¡venimos todos los días!