El Copo en Los Barrios

Parada rápida en este lugar después de bajar del ferry, buen servicio, decoración de estilo antiguo español, pero la comida era buena 4/5.

Muy buen restaurante por Campo de Gibraltar, especializados en pescados. Sigue siendo el referente de los mejor en pescado y mariscos en la zona, además destaca mucho la atención de los excelentes profesionales que dan servicio. Precio medio alto pero excelente calidad en todos sus platos, y una carta de vinos extensa y con algunas referencias únicas. Sin duda recomendable!

Lovely little Gem! El servisio buenismo y la comida espectacular. We shall be back!

Hemos descubierto un oasis en Palmones. De primeras el trato tan personal me recuerda a la hostelería artesana y de toda la vida. Muy profesional cosa que se echa en falta en estos tiempos. La comida excelente fresca, con mucho mimo y calidad. Cuidan mucho al cliente y te hacen sentir como en casa. Recomiendo muchísimo este lugar. Volveremos seguro.

Excelente lugar, trato cercano y muy amable, hemos comido un tomate exquisito, toda la comida estaba deliciosa. El ambiente es agradable y el restaurante es acogedor, muy buena opción en Palmones.

Buena ubicación cerca de la playa. La comida es bastante buena.

Sitio espectacular y acogedor, mucha calidad en la comida, así como en el trato. Un gran restaurante para visitar si vas por la zona.

Ya al aparcar, ahí está Manolo. En la puerta. Como si fuese el primer día, como si aún esperara a los primeros clientes de su vida. Te recibe con esa sonrisa de quien no distingue entre cliente y amigo, como si te conociera desde siempre. Entramos con la idea de unas tapitas y a casa… pero esa carta es un viaje sin mapa, una de esas donde uno se pierde a gusto, como si aquel mesón al que mis padres solo iban en ocasiones especiales se hubiera convertido en el sitio donde uno quiere volver cada semana. Y entonces aparece María, con esa voz de radio que podría venderte el mar en una botella, y esa manera de atender que te hace sentir especial sin grandes gestos, solo con verdad. Empezamos, como manda la tradición, con la ensaladilla rusa. Sencilla, directa, perfecta. Servida con un guiño, con ese toque de humor que deja claro que aquí se cocina con alma. Seguimos con el brioche Don Manuel, potente, tierno, esos bocados que piden un silencio para disfrutarlos, y unas patatas pajas tan finas que podrían ser obra de orfebrería. Y cuando creíamos haber tocado techo, llegó el arroz caldoso de pulpo, gambas y plancton. Verde que te quiero verde. Un plato que huele a mar y sabe a verdad, jugoso, con fundamento, y que, sin ánimo de polémica, ha pasado por encima del que probamos en la taberna del chef del mar. No hubo espacio para el postre, pero quedó la promesa de volver. Porque hay sitios que no se visitan, se recuerdan. Y gente que no atiende mesas, sino momentos.

Situado en medio de lo que se puede describir como un polígono industrial. Nos hicieron sentir bienvenidos a su llegada. El menú era tan amplio que decidimos ir con el menú degustación que cambiaron felizmente el plato de carne a pescado sin ningún problema. Ahí es donde fue drásticamente cuesta abajo. Plato tras plato fue comprado nunca terminamos un plato antes de que otro llegara. Pedimos ralentizar el Servicio pero esto no hizo ninguna diferencia, siempre pensé que los Españoles tomaron tiempo sobre su comida, definitivamente no aquí. Debo decir que la comida, sin embargo, era delicioso, pero realmente no se podía disfrutar debido a la velocidad. Realmente decepcionante.

Llamamos tarde y nos dieron una mesa. Manuel, el dueño , nos explicó lo que tenia y nos recomendó la comida personalmente a cada uno, según nuestras preferencias. A parte de ser un caballero lleno de encanto, acertó plenamente. Nos puso un pámpano a la plancha delicioso! El personal encantador. Todo muy limpio y y con muy buen gusto