El Casino de Vallirana en Vallirana

Restaurante mítico en Vallirana. Centro casi neurálgico y de sociedad. Se hacen muchas fiestas tradicionales. Todo tipo de edades. Todo tipo de ambientes. Todo tipo de comidas. A todas horas. El personal es muy amable. Aunque es grande, en eventos especiales es mejor pedir cita.

Te ponen un bocata y unos platos combinados de 10

Olvidaos de James Bond en un casino de Las Vegas: el verdadero espectáculo está en Vallirana y se llama Nacho. Este hombre no es camarero, es un maestro de ceremonias con bandeja. Te atiende con una mezcla perfecta de precisión suiza y simpatía mediterránea, y consigue que un simple café parezca un cóctel servido en Mónaco. Nacho tiene ese superpoder de adelantarse a lo que quieres: cuando levantas la mano, él ya está a tu lado; cuando piensas en otra ronda, ya la está sirviendo. Más rápido que la ruleta, más elegante que un croupier y más cercano que un amigo de toda la vida. Aquí no hablamos de servicio: hablamos de Nacho, patrimonio cultural del Casino de Vallirana, leyenda viva y embajador oficial de la buena atención. Recomendación final: id al Casino de Vallirana aunque no os guste el juego. Porque la apuesta ganadora no está en las cartas ni en la ruleta, está en dejarse atender por Nacho.

Fui el otro día. WOW. Quedé asombrado del gran servicio. El gran camarero NACHO fue el mejor. Gracias a él disfruté como nunca. Lo mejor. El local no es el mismo sin Nacho.

Hablar de Nacho como camarero es quedarse corto: es el mejor del mundo, sin discusión. Su forma de trabajar va mucho más allá de lo habitual: combina rapidez, profesionalidad y simpatía con un estilo único que hace que cada cliente se sienta especial. De hecho, Nacho es como un director de orquesta: cada gesto suyo marca el ritmo, cada palabra afina la experiencia, y gracias a él todo encaja en perfecta armonía. Su atención convierte una simple cena o copa en una experiencia memorable, porque no solo sirve mesas, crea momentos. Quien haya tenido la suerte de ser atendido por él lo sabe: la diferencia se nota desde el primer segundo. Si todos los lugares tuvieran un Nacho, la hostelería alcanzaría otro nivel. En resumen, ir a un sitio donde trabaja Nacho no es solo comer o beber, es disfrutar de un servicio excepcional llevado a la perfección. El mejor del mundo, y punto.

Nacho no es un camarero, es un director de orquesta. El Casino de Vallirana es su escenario y cada mesa es una melodía que suena perfecta gracias a su ritmo impecable. Te atiende con tanta naturalidad que parece que te conociera de toda la vida, y logra que una simple caña tenga categoría de champán. Su rapidez no es normal: pestañeas y ya tienes la copa servida, miras de reojo y ya ha pillado tu pedido antes de que abras la boca. Siempre con esa sonrisa que hace que hasta perder en la ruleta te sepa a gloria. En resumen: Nacho convierte salir a tomar algo en el Casino de Vallirana en una experiencia premium. Un crack absoluto, de esos que convierten un sitio en tu sitio.

Terraza espectacular con música en directo baile y unas tapas muy buenas lugar muy acogedor

Hago pocas reseñas pero está la tenía que hacer !!! La comida super buena, el servicio increíble y el lugar muy bonito. Gracias por el servicio en su totalidad, un experiencia que volveremos a repetir!!!!!!!!

Casi todo bien, aunque un poco/bastante caro.

Atención muy diligente, amplias terrazas. Almuerzos muy completos.