El Caleyon en Cabrales

Fantástico Inmejorable Hospitalidad,cariño,sensibilidad,amabilidad,pasión por sus raices..... Alojamiento pequeñito,acogedor,sencillo,coqueto,habitaciones super limpias con todo lo necesario y con todo tipo de detalles......incluso una pequeña biblioteca... Desayuno maravilloso y trato exquisito Gracias Alberto por tu sencillez y por hacernos sentir como en casa

Fuimos únicamente al restaurante. El sitio es muy bonito, unas vistas espectaculares y el camarero muy amable. La comida, tremenda.

A mí también me gustaría responder a Yordalis y Sergio. En primer lugar, el espacio 'rating' está reservado a los clientes de el sistema dirigente. Esta pareja no ha estado en El Caleyon y por lo tanto no puede ver la calidad del servicio. Luego, el ganado y los vehículos, especialmente en bajada, tienen prioridad en la carretera, al ser estrecha y difícil de maniobrar, es imprescindible que los turistas se desplacen lo más lateralmente posible para evitar cualquier riesgo de accidente como en una carretera normal. En la calzada, Bulnes sigue las mismas reglas. Esta pareja también tenía un perro pequeño sin ataduras, lo cual también está prohibido. Está indicado en la entrada al parque, están prohibidos los perros sin correa… Esto también constituye un peligro para los vecinos de Bulnes y los usuarios de la vía. Al final, después de haber intentado ser diplomáticos, esta pareja se mantuvo testaruda y de mente estrecha, no vio el mal. Al salir con la camioneta, incluso la golpearon con sus palos, intentando dañarla. Esta pareja simplemente está tratando de bajar la calificación del establecimiento poniendo críticas negativas, por lo que les pediré que lo ignoren y vean la calidad del servicio :) Saludos cordiales, jonathan

Quería responderle a Sergio Arregui Abad. Lo primero cuando bajábamos la curva con el camión ni tú ni tu pareja os habéis hecho a un lado. Como resultado, casi nos matan. Nos encontramos inmediatamente en este tipo de situaciones y es su responsabilidad ser lo suficientemente inteligente como para saber que SIEMPRE debe hacerse a un lado cada vez que se acerque un camión o vehículo. Si mi novio no hubiera agarrado el freno, habríamos caído al vacío y ya estaríamos muertos. ¿Cómo te atreves a culparnos a nosotros y a mi padre? Si van a reaccionar de esta manera quédense en casa. No necesitamos que ustedes pongan en peligro nuestras vidas o nuestra salud, especialmente en NUESTRA casa. ¡¡Además sin mencionar el hecho de que ustedes, en lugar de ayudarnos, nos gritaron y golpearon el camión de mi papá con sus palos!! Este fue claramente un comportamiento inapropiado e infantil.

Obligatoriamente hay que subir después del punto de bajada donde hay unos cuantos restaurantes y llegar un poco más arriba a El Pueblu. El restaurante es excelente y el dueño, su hija y su pareja son personas absolutamente encantadoras, amables e interesantes. Comimos allí con los niños y lo pasamos genial. Definitivamente vale la pena ver la vista un poco más arriba. Además, hablan francés perfectamente.

Un lugar increíble el cual merece la pena parar y comer sin ninguna prisa, el hombre, dueño del local es un encanto y la cocinera Elena una crack en lo suyo, nos llevamos un bonito recuerdo tanto del pueblo único como es Bulnes como del encanto del restaurante seguid regalando sonrisas volverems pronto

Después de una dura subida desde Poncebos nada mejor que coger fuerzas en este fantástico lugar. Comida excelente, servicio amable y vistas de lujo. Todo muy bueno en especial el arroz con carne de toro " Espectacular ".

No doy 10 estrellas porque no las hay. Solo estuvimos una noche, pero todo de lujo. La habitación es pequeña, pero muy acogedora. Tienes tu ducha lavabo e inodoro bien limpios, y dos camas con su edredón, y su manta también muy limpio. Cenamos y desayunamos allí, muy rico todo. Al día siguiente, cuando nos íbamos, hacía mucho viento, y Alberto se ofreció a bajarnos hasta el funicular. Muchas gracias a todos. Habéis sido muy amables. Aaaahh y las vistas desde el hotel espectaculares.

Fuimos a Bulnes a pasar el día y decidimos quedarnos a comer, definitivamente un acierto haber elegido el Caleyón, fabada y escalopines con salsa de cabrales, todo riquisimo y super bien de precio, hay que resaltar a Loli, la camarera del restaurante, siempre con una sonrisa y una simpatía que te hace sentir como en casa, nos ayudo con el menú y nos alegro el día, da gusto tratar con gente así

Personal familiar, servicial, cortés y multilingüe. Comida ideal para el entorno.