Me acerqué esperando comer una pizza pero la carta que me mostraron era de desayunos, tortilla, patatas, sándwich, bocadillos y hamburguesas. También me ofertaron fuera de carta un plato combinado de milanesa de pollo con patatas fritas y ensalada. Ya no pregunté por pizza.
Opté por una hamburguesa con queso, bacon y huevo frito. Buena, contundente, no de las preparadas industriales sino hecha "a mano". Eché de menos que llevara lechuga, tomate y cebolla. Estando comiendo pude ver en la cristalera algunas nuevas versiones de sus pizzas anunciadas.
Las patatas fritas ricas, naturales, no congeladas/precocinadas y cortadas a mano en su punto de fritura, doradas pero no quemadas.
Está en un sitio tranquilo y tiene mesas en interior y en exterior.