Ébano Restaurant en Cerdanyola del Vallès

Muy buena comida y servicio excelente

Gran descubrimiento este restaurante “Ébano”. Ambiente tranquilo y exquisito. Servicio impecable e insuperable. El camarero que nos sirvió fue muy profesional , nos leyó nuestro gusto y nos guió de forma exquisita . La comida fue sabrosa ,ha sido todo un placer deleitarnos con todos los platos recomendados por el muchacho. Recomiendo 💯

Es un restaurante de otro nivel!!

Si valoras la comida el Producto y el equilibrio entre modernidad y tradicion, y sabes lo suficiente para entender el coste de una buena materia prima este es el sitio,

Muy reconamable, tanto los platos que nos han servido como el servicio de sala, muy atento y amable. No es la primera vez ni será la última.

Hicimos el menú de 89€. Habíamos visto por internet un menú atractivo, pero lo que había no lo era tanto. No estuvo mal, pero por nuestro gusto era picando incluso el postre. No era un picante demasiado fuerte, pero la mayoría de los platos lo eran. El lugar es agradable y tienen una gran terraza exterior que debe dar mucho juego en días de bonanza. La experiencia final es que ha estado bien, pero no para volver a ella en un futuro próximo.

Ya es la tercera vez que vamos y como siempre todo perfecto. La comida buenísima y el servicio impecable. Volveremos pronto.

Gran calidad de producto, servicio excelente y ambiente tranquilo.

Como siempre, no falla. Cocina perfecta y la atención de Salvador, maravillosa.

Fuimos a cenar mi pareja y yo para celebrar su cumpleaños. El local era agradable y elegante. En seguida nos llevaron a la mesa y al momento nos pusieron unas olivas sorprendentemente buenas mientras elegíamos los platos. Una vez realizado el pedido llegó el primer punto negativo. Tuvimos que esperar casi una hora para que nos sirvieran. Pasada esa hora empezó la fiesta. Abrimos boca con las gyozas que estaban realmente buenas con un acentuado sabor a carne rostida, y una salsa espectacular, aunque para mi gusto la masa estaba algo chiclosa. Luego llegaron los ceps con panceta ibérica que creo que ha sido el mejor plato de ceps que he probado nunca, y con los ceps un detalle bastante feo y, para mi, incomprensible. Apareció un camarero con sendos trozos de pan que, obviamente, pensamos que formaban parte del plato, pero que luego vimos que nos cobraron aparte (3,5€ por dos trozos de pan) sin que nadie nos avisara del cobro extra. Me pareció una forma de quedar mal como otra cualquiera, no tanto por el dinero como por el detalle. ¿En serio necesitas robar 3,5€ cuando estás cobrando más de 70€ por cabeza? Ya digo, un feo detalle que dudo que les aporte nada mas que malas críticas, pero ellos sabrán. Continuamos con un exquisito steak tartar sin la más mínima pega y una excelente tarrina de cordero tierna como un flan pero acompañada de unos tomates semi-secos en aceite para mi gusto demasiado fríos y una crema de queso demasiado potente que se comía el suave sabor de la carne y que al final opté por dejar de lado para poder disfrutar del cordero. Y de postres unas crujientes y deliciosas bombetas de vainilla y un curioso aunque resultón curry de tapioca con helado de mandarina y un toque picante. En el entre tanto a mi pareja no le retiraron los vasos utilizados aunque a mi si las copas (curioso). Al final la cena salió por 151€ (atraco panero incluido). Nosotros no somos de vino, por lo que tiramos de cerveza, pero por lo que pudimos ver las botellas iban desde los 28€ a los 2.200€, por lo que calculo que con vino la cuenta habría subido algo más. En resumen, un lugar en el que vas a cenar fantástico pero con un servicio que no acababa de estar a la altura y unas técnicas rastreras que en nada le ayudan.