Donald en Sevilla

Una de nuestras paradas obligatorias en Sevilla. Variedad en tapas y buen vino. Magnifica decoración taurina.

¡La mejor comida de Sevilla! El servicio fue increíble. Una paella deliciosa y un solomillo de ternera para chuparse los dedos. Fuera de lo común, llevo aquí desde los 70 por algo. Una joya escondida.

Carta muy variada y todo lo que pedimos muy bueno. Trato muy correcto y rápido.

Todo un clásico. Productos de calidad y el servicio da gusto, camareros de toda la vida, profesionales. Los huevos rellenos están brutales!!

Todo muy rico y rapido..Mariano un encanto y el camarero que nos toco admirable por su paciencia.

Si no has tomado su ensaladilla no puedes decir que has probado la mejor ensaladilla

En Sevilla hay lugares que representan la verdadera alma de la ciudad: su historia, su gente, su ambiente, su pasión. Mariano, el dueño, es el creador indiscutible de esta obra suya. Te recibe con una sonrisa, un abrazo. Parece que lo conoces de toda la vida y tiene un don increíble que me recuerda a los grandes posaderos de Langa: te lee en los ojos y en el corazón. La hermosa calle arbolada con fragantes naranjos, junto al legendario Meliá Colón, la sucursal de la Real Maestranza durante las ferias de Abril y San Miguel. Las mesas dispuestas a lo largo del tranquilo paseo bajo los árboles son un oasis para los amantes de la buena comida. El ambiente, la amistad y las emociones. Un bar fantástico donde aún se puede encontrar sitio. Camareros amables y atentos. Incansables, disponibles y con un gran sentido de la hospitalidad, fruto del constante ejemplo del gran patrocinio de Mariano. Cenamos y comimos cada vez con más frecuencia durante nuestras dos semanas de vacaciones en el bar, disfrutando de jamón y solimillo. Ensaladillas exquisitas, boquerones, puntilla, o en la mesa con las grandes costillas cocinadas a fuego lento que se mantienen en la mesa gracias a un ingenioso sistema. Vinos de la más alta calidad: Albariño, Riojas, Ribera del Duero y otros. Precios muy razonables, desde 15-20 euros en barra hasta 30-40 euros en mesa, en un ambiente acogedor y único. Un lugar fabuloso. ¡Imprescindible!

Mi bar favorito de todo el viaje. Podría haberme quedado tres semanas. Es justo mi idea del bar de barrio perfecto. Comida tradicional excelente, sobre todo marisco, y también clásicos como los callos. Ambiente de barrio genial, cerveza y vino excelentes. Guárdame el sitio en la barra, por favor.

Gran calidad, especialmente en pescados y mariscos. La ensaladilla buenisimas y un servicio amable, educado y muy profesional. Vienendo del País Vasco, creo que no puede decir nada más.

Trato bien, pero demasiafo distante. Decoración muy buena en tema rociero. Platos si muchos logros. Exceso de mayonesas y derivados. Carta muy limitada. No está mal, pero no destaca en nada.