Dona Casta en Zaragoza

Croquetas excepcionales, no se puede decir otra cosa

Croquetas y huevos rotos buenísimos pero el personal muy antipático.

Las croquetas de referencia en Zaragoza. No son baratas pero nunca defraudan. Muy buenas la de codorniz, rabo de toro, bacalao, morcilla, arroz negro... Normalmente suelo probar la croqueta de la semana, por ser la novedad. La verdad que me gustan todas. Si buscas tranquilidad, este no es el sitio. Está siempre lleno, en cuanto abren ya hay gente.

Las mejores croquetas de Zaragoza, sin duda alguna. Cualquiera que te pidas será una buena opción.

Hemos ido a Doña Casta en El Tubo en Zaragoza y nos ha convencido. Sus croquetas caseras, desde cabrales con manzana hasta boletus con foie o arroz negro con alioli, tienen sabor intenso y la bechamel cremosa y sabrosa. Los huevos rotos también han valido la pena. El ambiente es auténtico, ya que es pequeño, ruidoso, animado, ideal para un tapeo informal. Al final, por la calidad de la comida, la variedad de tapas y el aire tradicional del lugar, me parece una opción muy recomendable.

No puedo darle más nota porque es una pena que una taberna con tanta historia y visitada por turistas de todo el mundo por su fama, tenga un servicio tan malo, donde un camarero se carcajeé en tu cara, estuvimos a punto de irnos; al hacerle la primera pregunta, pero recordaba sus croquetas de mi primera visita hace 12 años y prácticamente nuestra parada en Zaragoza fue para volver a probarlas. Fuimos pacientes, pero tuvimos que aguantar la MALA EDUCACIÓN, prepotencia y DESPOTISMO de un camarero al que parece que tienes que hacer una reverencia. También nos extrañó que una coca cola zero la sirviera en un vaso sin ver la botella ni abrirla delante de nosotros, o que el comedor de abajo estuviera cerrado un día festivo con cola en la calle y que dmte diga que sin mesa no te atiende, pero que te busques tú la vida, porque no cogen ni turno de mesa, pero si le preguntas se ponía más chulo con nosotros. En general me llevé una decepción grande desde mi última visita a Zaragoza. Su espíritu acogedor parece que se ha diluido con los años.

La croqueta de arroz negro con Alí Oli impresionante, de lo mejor que he comido.

Fuimos un día entre semana y el local estaba bastante tranquilo. Nos atendieron dos camareros —una chica y un chico—, muy amables ambos. El precio me pareció correcto teniendo en cuenta la zona, y la variedad de croquetas es amplísima. Probamos la de gallina con chocolate: muy buena, con un sabor que recordaba al guiso de pollo (aunque el chocolate apenas se notaba). El sitio es pequeño, pero agradable.

Las mejores croquetas que he probado,gran variedad y reconocidas por las guías gastronómicas,en pleno Tubo,es un sitio con encanto,al que no debes faltar

Tiene mucha fama para lo que es. La croquetas están ricas, pero pagar 3 euros por cada una es excesivo para su tamaño. Además, la mitad de la carta no estaba disponible. Todavía teníamos la comida a medias y nos hicieron pagar la cuenta sin haberla pedido cuando aún quedaba más de media hora para el cierre. Ese gesto está muy mal y nos condicionó a no poder pedir más.