Divinísimo en Marbella

Especialidad Catalana. Productos de temporada muy bien elaborados. El chef ,muy comprometido con sus clientes. La atención es exquisita . Muy buena experiencia . Gracias

Cocina muy bien cuidada y detallista, hecha con mucho amor y mirando por la calidad de los platos,muy recomendable

Fuimos porque nos lo había recomendado un amigo, y la realidad superó las expectativas. Ambiente muy agradable, nos hicieron sentir como en casa, el trato de ellos inmejorable y la comida una maravilla. Volveremos, sin duda.

Sitio recomendable 5/5. Ningún plato ha tenido un toque ni sabor disonante, todo en armonía y con sabores potentes, muy muy rico. Simplemente el pan con tomate ya estaba de 10 y anticipaba el resto de platos: setas de temporada, ensalada de calabaza y un arroz con calamar y alioli de aguacate espectacular. De postres el arroz con leche y la crema catalana espectaculares.

Restaurante muy agradable con muy buena comida y una agradable pareja de propietarios.

Un acierto absoluto. Fuimos recomendados y no nos pudo gustar màs. Las quisquillas con aderezo de lima son una perdición, riquísimas; el canelón de carrillera, conejo deshuesado y la butifarra con judías. Nos gustó mucho que se pudiera pedir medias raciones. El servicio inmejorable. Super super amables y encantadores los dueños y el camarero que también nos atendió. También tienen take away para llevar. Volveremos 100%.

Este es un restaurante fantástico. La comida es increíble y el servicio es insuperable. Recomiendo encarecidamente una visita.

Estupenda experiencia culinaria donde arrancamos con unas quisquillas maravillosas, marinadas en cítricos, para continuar con unas croquetas de calsots con menos sabor del esperado pero que fue paliado con unos caracoles maravillosos en una salsa para chuparse literalmente los dedos. Luego nos trajeron canelones rellenos XXL y foié, cuya densa bechamel cubría un relleno de rabo de toro del que esperábamos más sabor, y a los que les rebajaría el tamaño en una x, aun cubriendo las espectativas. Finalizamos con una corvina en tempura que de nuevo, gracias a la salsa creció en sabor, pues por si sola era algo insulsa y la tempura no crujía lo que debía quizá por estar apoyado en ella. La crema catalana ligera y con una costra justa, terminó por rematar las dos horas y cuarto que duró la comida. El personal muy servicial en un local reducido pero agradable al que le han sacado hasta una terracita con vistas. Si los comensales vecinos son considerados, el ambiente para la charla es propicio, si no, cuesta entenderte con el de enfrente o alzas la voz por encima de las suyas. Buenos vinos vi en la carta, aunque solo probé una copa de un buen blanco godello. Así pues también le rebajaría al nombre del lugar el superlativo y lo dejaría en DIVINO, tal y como fué nuestra experiencia final.