Dias de Luna en Sena de Luna

Sin duda es un oasis en medio de la naturaleza. Nada más entrar, me sentí como en casa, un sitio muy acogedor y rústico, las camas cómodas, una habitación muy bonita y lo mejor... la ventana; porque tiene unas vistas increíbles. Pocas veces duermo bien en sitios fuera de mi casa pero la verdad que Días de Luna me hizo sentir como en casa. Tiene algo que te hace desconectar de los problemas, de la ciudad y del estrés. Te vas de allí con una tranquilidad y paz que hace que experimentes la verdadera libertad y felicidad. Volveré, me pareció INCREIBLE, además de un desayuno muy rico, y también tiene un pino precioso en el patio 😆.

La atención al cliente es de agradecer, la comida es excelente, las habitaciones agradables y cuidadas, el jardín bonito. Relación calidad precio recomendable

A destacar el desayuno. Es excepcional. La manager muy atenta que todo estuviese perfectamente dispuesto. Un lugar precioso.

Es la segunda vez que estamos en Dias de Luna, en un intervalo de bastantes años. Todo sigue igual de mágico. Vale la pena en todos los sentidos: la casa, el jardín, la comida, el trato de los propietarios y el ambiente que se respira. No te irías nunca

Un placer en todos los sentidos. La anfitriona increible

Muy recomendable, alojamiento en un lugar muy cuidado y tranquilo perfectamente atendido por Sole que es una persona discreta y correctísima dispuesta a ayudar en todo lo que necesiten los viajeros. el edificio es la antigua escuela del pueblo adaptada a hotel con pocas modificaciones, una de las aulas está convertida en un buen comedor y el otro aula en un espléndido salón bien amueblado, las habitaciones están en el primer piso al que se accede por la escalera original que no es perfecta de medidas y no hay ascensor, las habitaciones y los baños son buenas aunque el mobiliario y los ropajes no son de un cinco estrellas, pero está todo limpio y cuidado. El jardín que rodea al caserón es un lujo, pero perfectamente mantenido con buen gusto. Los desayunos incluidos están bien y las cenas, encargándolas también.

Un lugar maravilloso escondido entre embalses y montañas floreadas por retama y magnolias. El jardín es delicioso y el salón muy espacioso y agradable. La habitaciones que tuvimos fueron una triple muy agradable y una doble pequeñita, las dos en el piso superior abuhardilladas y con vistas a la naturaleza y banda sonora de cencerros de las vacas vecinas. La comida nos gustó mucho y la atención fue fabulosa. Nos prepararon picnic para salir al campo. Muy recomendable hacer caminata desde Villafelices de Babia.

Estuve hace poco alojado en este maravilloso lugar por motivo de un retiro de Mindfulness. Fue una experiencia de 10. El lugar es precioso, la decoración es muy bonita, está lleno de lindos detalles en cada rincón. El salón y el jardín tienen rincones especiales para disfrutar y recogerse. La atención de Sole y la comida de Gerardo son de admirar, les estoy muy agradecido. En definitiva, un lugar que recomiendo 100%