Da Mimì en Málaga

Ha sido una grata sorpresa, no conocíamos el sitio, hemos llegado de casualidad y hemos comido la mejor pizza Napolitana hasta ahora. Cocina tradicional italiana, calidad de servicio, precio justo y trato muy agradable. Volveremos sin duda!!!!!

Muy buena la atención de los chicos y la comida con buen sabor pero las porciones un poco reducidas para mis gustos

Buen servicio, la pizza que pedí estaba bien, pero es bastante caro para ser un restaurante italiano. Se paga el barrio en el que está ubicado, que está de moda

La comida esta espectacular, pedimos unos macarrones a la carbonara y una pizza y todo estuvo muy rico. Comida al estilo tradicional italiano, repetiría sin duda.

Quedé con mis amigos del parquecillo, aunque el meji y el pico se cayeron a ultima hora de la lista y sólo quedamos los más cool para comer en esta pizzería que estrenábamos como quedada parquecillera. Pizza de estilo napolitano con su cornicione clásico y hechas en horno de piedra. Bien de sabor pero la masa me resultó chiclosa y mal alveolada, quizás fruto de una mala fermentación o escasa fuerza de la harina. A pesar de todo Víctor volvió a liarse pidiendo algo que llevase queso o no, no me acuerdo bien.

Buena comida! Buena atención vale la pena

Buena pizzería en Teatinos, cerca de Ciudad de la Justicia. Puede que de las pocas que ofrezcan este tipo de pizza por la zona. La pasta también estaba muy rica. Las pizzas bastante grandes, más que de sobra para una persona. La atención fue buena. El servicio rápido. Los precios buenos. No estaba concurrido. Repetiría.

Auténtica comida italiana, muy buena calidad de producto y buenos precios. Lo recomiendo!

No esperaba comer la mejor pizza de mi vida… en un barrio de Málaga. Y mucho menos dos veces. La historia es simple: Teníamos hambre. Era tarde. Queríamos algo rápido. Buscamos, encontramos Da Mimì , pedimos sin expectativas… y esa noche dormimos pensando en pistacho, mortadela y queso fundido. Pizza EME y calzone de salami. Aunque llegué tarde a recogerlas y se enfriaron un poco, (porque tarde en llegar al hotel) estaban brutales. No buenas. No “decentes para estar en España”. Brutales. Y eso que he trabajado en Costa Cruceros, he pisado Milán, Roma, Nápoles… Estas pizzas no compiten. Juegan en otra liga. Volvimos dos noches después. Esta vez para comer ahí, sin retraso y con hambre de revancha. Y ahí es cuando entendí algo: No estábamos en Málaga. Estábamos en casa de la típica abuela italiana que cocina como si cada bocado pudiera curarte el alma. El calzone: obra maestra. La EME: ilegal de lo buena que está. El horno: piedra de verdad. Los ingredientes: traídos de Italia. El cocinero: italiano. El precio: más barato que el Grosso… y diez veces mejor. ¿Lo único que cambiaría? La atmósfera. Porque la comida te lleva a Italia, pero el local no termina de acompañar. No hablo de lujo. Hablo de esencia. Una radio cualquiera no suena igual que Lucio Dalla. Y los manteles con los colores de Italia no bastan para que sientas que estás allí. Si yo fuera ellos, convertiría ese sitio en una trattoria de verdad: cálida, rústica, con alma. Que entres y digas: “Estoy en Italia.” Y entonces, que la pizza haga el resto. ¿Volvería? Mil veces. Y si algún día desaparecen sin que nadie los haya coronado como la mejor pizzería de España, será culpa nuestra por no contarlo. Hoy lo cuento. Porque esto, amigos, no fue una cena. Fue un viaje. Y no hizo falta avión.

Una pasta de diez. Servicio y ambiente, estupendos!! Esto sí que es cocina auténticamente italiana.