Cooking Almadraba en Conil de la Frontera

Un servicio excepcional a cargo de Martin, otra cosa es la hora del servicio, entramos a las 21:00 y a las 22:55 no nos querían servir el postre ( Verónica ) porque teníamos que dejar el local a las 23:00. Tras insistir conseguimos que nos sirvieran el postre . Simplemente indicar que si es así a la hora de reservar indiquen que sí o sí tienes que dejar el local en dos horas, de una manera más agradable.

Super recomendado para los amantes del atún, es una locura. Súper fresco, de primera, y cocinado justo como debe ser. Se nota que usan producto bueno de verdad. Solo por eso ya merece la visita.

Una experiencia espectacular. Nos ha encantado de principio a fin; cada plato superaba al anterior y nos sorprendió gratamente. Los niguiris estaban realmente deliciosos. Como única sugerencia, en el de piparra y el de foie añadiría un poco más de cantidad de topping, ya que venía algo justo. El pescado y la carne estaban cocinados a la perfección, con un sabor excelente. Y el pulpo, simplemente increíble: tierno, sabroso y con una textura impecable. Además, la cocina está a la vista, lo que permite ver cómo trabajan los cocineros con una delicadeza y profesionalidad admirables. Un lugar para volver sin dudarlo. ¡Diez de diez!

Primero, lo que han hecho bien: - En general, el servicio y la atención. No tengo quejas como en otras reseñas. - Las croquetas nigiri y la ventresca, bastante ricos. El producto es delicioso. - El espacio es cómodo y amplio, sin ruido. Se está a gusto y mola ver la cocina abierta. Ahora, lo que no ha estado tan bien. - Las expectativas. Con una cuenta que supera los 70€ por persona, esperas que todos los platos sean de diez. Spoiler: no lo son. Y cuanto más los complican, peor parados salen. - El maki de tartar de atún picante, flojísimo. El arroz lejos del punto y muy avinagrado. El atún pasaba desapercibido. - El lomo bajo, bien cocinado pero sin complejidad ninguna. Los elementos del plato no lo acompañaban ni lo hacían más disfrutable. La ventresca, con ir solo a la plancha, estaba mil veces más deliciosa. - Los precios son elevados para la cantidad. Vale que el atún es un producto premium, pero en algunos platos no se comprendía la relación cantidad-precio. En general, creo que hay mejores sitios donde disfrutar del atún rojo con enorme calidad y sin la sensación de haberse quedado cortos.

Desde que entramos, el trato fue espectacular: profesionales, cercanos y siempre pendientes de cada detalle. Vinimos con antojo de atún y acertamos de pleno: lo pedimos en varias preparaciones y en todas estaba de lujo, con un punto perfecto y materia prima de primera. Un detalle que marca la diferencia es que el sushi y muchos platos de atún crudo los elaboran a la vista, lo que transmite frescura, transparencia y mimo por el producto. En resumen, una experiencia redonda: servicio amable, producto excelente y ejecución impecable. Volveremos sin duda. 100% recomendable.

Fuimos a cenar a Cooking Almadraba y la experiencia fue excelente. Pedimos un surtido de crudos, nigiri y maki de atún picante, todo preparado con una calidad impresionante. El atún, como era de esperar, fresquísimo y lleno de sabor. Acompañamos la cena con unas copas de vinos. La selección de vinos es muy amplia, tanto en botella como en copa, apta para los más entusiastas, el camarero también nos ayudó a elegir según nuestros gustos. Queremos destacar especialmente la atención del personal. Ale y Rubén fueron atentos, simpáticos y muy profesionales en todo momento, haciéndonos sentir cómodos y bien cuidados durante toda la velada.

Local acogedor, elegante y vanguardista donde puedes sumergirte en el mundo del atun con un trato exisito y bien manipulado,muy recomendable,gracias a Veronica y Alex por esta experiencia

Si quieres disfrutar del atún en todas sus versiones, este es uno de los sitios que no te puedes perder. Nos sorprendieron mucho algunos de sus platos, entre ellos el bocata de lomo ¡increíble! Repetimos al acabar la cena. Y los nigiris y el croassant!!

Maravillosa experiencia: lugar muy agradable con un servicio fantástico que destaca por lo maravilloso de la comida. Disfrutamos de croqueta, croissant, surtido de niguiri (tripitimos!), tarántula y arroz. delicioso, todo estaba de cine. impresionante el perfecto equilibrio para adaptar el atún a cada plato.

Cena en familia en este restaurante de aspecto espectacular por fuera y también en la primera sala de entrada y mesas altas Sorprendentemente el comedor de mesas bajas es más humilde, con unas mesas de tablero sencillo (feas) y manteles individuales de papel que parecen de publicidad. La comida correcta pero sin más. Y una cosa que todos debemos evitar, es de esos sitios en que el vino más barato cuesta 22/23 euros. En España tenemos la suerte de poder disfrutar del vino a precios razonables y hay bastantes sitios como este que intentan quitarnos ese lujo. No volveré