Cooking Almadraba en Conil de la Frontera

Los precios son elevados para la calidad del atún. Todo estaba rico, pero no es el mejor atún que hemos comido. Lo que más nos gustó fue el surtido de nigiris, y el croissant. El resto, aunque bueno, mejorable por el sabor del atún.

Todo espectacular, desde los entrantes hasta el postre. Y el servicio muy atento y amable. Repetiría sin dudarlo 👌

Sitio muy recomendable si pasáis por Conil, su trato al atún en diferentes versiones es espectacular, y el jamón del mar indispensable.

Buen producto y muy bien preparado. Si te gusta el atún, es el sitio para darse un homenaje en Conil. El morrillo y el arroz con parpatana espectaculares!

Experincia de 10. Sin duda una parada obligatoria al visitar Conil. Nos pusimos en manos de Jesus para la eleccion de platos y poder probar el atun de todas las formas posibles. Fue un acierto total.

Inmejorable, éxito asegurado. Experiencia única en un lugar único. Servicio de atención muy amable, rápido y cómodo. Calidad máxima, asesoramiento personal muy inteligente. Recomiendo 100%. Conil se merece un establecimiento de este nivel. Equipo humano brillante. Enhorabuena al la persona creadora de este proyecto profesional.

En el corazón de Conil está Cooking Almadraba, restaurante especializado en atún rojo salvaje de almadraba. El productazo de Petaca Chico es el eje de una propuesta fresca y creativa, donde el atún brilla tanto en crudo como cocinado Imprescindible pedir el croissant picante de atún, espectacular. También te recomiendo la croqueta nigiri de atún rojo, el tartar de ventresca con huevo frito y el sushi. Completan la experiencia una bodega con numerosas referencias gaditanas y un servicio de sala de primera.

Luces y sombras. Íbamos con muchas ganas de probar este local del que tan bien nos hablaron y salimos un poco decepcionados. En primer lugar, teníamos reserva a las 22:15 horas (llegando puntuales) y nos sentaron a las 22:50. Por supuesto, otros 10 minutos mas para pedir la bebida y la comanda. Me gustaría ser preavisada, ya que asi puedo decidir adelantar/atrasar la reserva, así como disponer de mi tiempo y no que nadie predisponga de el. Éramos 4 personas y nos sentaron en una mesa redonda muy grande que entre nosotros no podiamos pasarnos bien los platos, ya que compartimos todo. Pedimos surtido de crudo, pero no nos explicaron bien que al ser dicho plato para 2 personas, el importe se convertía en el doble. Comprobando las fotos de otros comensales vimos que la cantidad de tartare era la misma para 4 personas que para 2. Además, uno de los cortes del sahimi de ventresca era extremadamente fino en comparacion con los otros. Para ese precio, quizá hubiésemos probado otros platos. Los demás platos eran correctos y nos gustaron mucho. Es un local con un gran potencial, pero descuidando estos detalles hacen que la experiencia no sea del todo perfecta

Maravillosa experiencia: lugar muy agradable con un servicio fantástico que destaca por lo maravilloso de la comida. Disfrutamos de croqueta, croissant, surtido de niguiri (tripitimos!), tarántula y arroz. delicioso, todo estaba de cine. impresionante el perfecto equilibrio para adaptar el atún a cada plato.

Cena en familia en este restaurante de aspecto espectacular por fuera y también en la primera sala de entrada y mesas altas Sorprendentemente el comedor de mesas bajas es más humilde, con unas mesas de tablero sencillo (feas) y manteles individuales de papel que parecen de publicidad. La comida correcta pero sin más. Y una cosa que todos debemos evitar, es de esos sitios en que el vino más barato cuesta 22/23 euros. En España tenemos la suerte de poder disfrutar del vino a precios razonables y hay bastantes sitios como este que intentan quitarnos ese lujo. No volveré