Citrus del Tancat en Alcanar

Una experiencia en la gastronomia, que la recomiendo 100x100. Y que sin duda volveremos.

Haremos el menú degustación Monsià, compuesto por: aperitivos, 5 platos salados y dos dulces, mas maridaje: con 8 copas de vino. Todos los platos muy elaborados y muy bien presentados, nos sorprenda un plato elaborado con puerro que no nos gusta y reconozco q estaba muy bueno, para repetir. Los postres espectaculares. Muy recomendable por que vale apenas disfrutar de la experiencia.

Gran ambiente, excelente comida y atención! Carta de vinos con joyas enológicas y un trato inmejorable! Gracias a todo el equipo por compartir sus conocimientos!🙌🏽

El moderno restaurante se encuentra en un amplio jardín y, con sus amplios ventanales, se siente casi como un invernadero. Los comensales son recibidos por el chef, galardonado con una estrella Michelin en 2024 y confirmado en 2025. El menú es increíblemente asequible, con un precio ligeramente superior a los 100 EUR, y al final, resulta tener una excelente relación calidad-precio. Salvo algunas excepciones, los ingredientes de los platos son de origen local. (Esta es mi opinión subjetiva. La calificación se refiere a las expectativas que uno podría tener de un restaurante de esta categoría. +/0/– debería ser evidente). Empezamos con cuatro entrantes de la cocina catalana, aderezados con atún rojo. Los prepara el chef delante de los comensales. Lo mejor es el pequeño praliné relleno de bechamel, también con atún como base. (0) La segunda ronda también incluye aperitivos. Una crema de naranja, una tartaleta de anchoas, un consomé y un langostino preparado en la mesa por el encargado del restaurante. El langostino cocinado en cáscara de naranja y caldo está un poco soso, pero los demás entrantes están deliciosos. (0) El primer plato consiste en puerros a la plancha servidos con nueces de macadamia, anchoas y cilantro; increíblemente frescos, y los puerros tienen una textura fabulosa. (0) Mi plato estrella del menú es una variante de tomates con reducción de tomate, camarones y crema de hinojo; así es como deben saber los tomates. (+) El siguiente plato son espárragos encurtidos con crema de vino, pescado fermentado y avellanas, (0), seguidos de pimientos verdes en crema de pimentón con un tartar de bonito y albahaca, también increíblemente delicioso. (0) El siguiente plato combina dos temas que no suelo gustar en la alta cocina: el risotto —ya que da poco margen a la creatividad, más bien a la comida tradicional— y el pescado blanco (en este caso, raya). Incluso hoy, no me convence: el risotto está tibio (quizás a propósito) y el pescado tiene poco sabor propio a pesar de la costra de perejil (-). Hay otro plato de pescado, que, aunque también se sirve un poco frío, es mucho más sabroso: merluza con caldo de verduras, almendras, tomates y chile. (0). El "plato de carne" es una variante del Beef Wellington, en el que la carne se sustituye por berenjena, acompañada de una crema con berenjena, mandarina y kumquat. Un final perfecto para la parte salada. (0). El prepostre cumple su función. Fresco y delicioso, con pepino, un toque cítrico y un caldo ligeramente alcohólico. (0). El postre es un final estupendo, con variaciones de naranja con zanahoria, cereales tostados y especias japonesas. (0). Los cítricos ganan la competición de velocidad entre mis restaurantes españoles por un amplio margen: 85 minutos para aperitivos de 2x4 y 7 platos es casi como un deporte de alto rendimiento para el personal de servicio y los comensales; incluso con postres, espresso y petit fours, nos mantenemos en 2 horas. Así que lo diré también aquí: un poco más de tiempo entre platos habría sido deseable. Sin embargo, esta es la única "crítica" que tengo de este menú de almuerzo. La secuencia del menú fue consistente, no hubo grandes altibajos, y la comida servida estaba a un nivel digno de una estrella Michelin. Como escribí al principio: la relación calidad-precio es sensacional. Por supuesto, sustituir inteligentemente la costosa carne de res por berenjena, por ejemplo, ahorra mucho dinero, pero 100 $ solo por el menú sigue siendo una ganga. Muy recomendable.

Buena, aunque pedimos uno de los menús que en teoría era de pescado, marisco y verduras de proximidad, y en realidad parecía un menú vegetariano. El pez se limitó a un mini trocito de tártaro de atún y una anchoa. El marisco fueron tres berberechos, y el resto fue todo a base de verduras. Desde mi punto de vista no es un menú de pescado y marisco, parecía más un menú vegetariano. Todo bueno, pero no lo que se nos había vendido.

Buen restaurante con una estrella Michelin. La comida estuvo deliciosa y creativa, y disfrutamos de un maridaje de vinos que estuvo genial. Sin embargo, diría que las comidas fueron muy apresuradas, al igual que el vino, y me trajeron un vino nuevo mientras aún estaba terminando el anterior, lo cual no fue ideal, ya que tuve que apresurarme para beberlo. Pero aparte de eso, disfrutamos de una cena agradable.

Una experiencia por no olvidar. Explosión de sabores de productos de proximidad. Atención exquisita

Espectacular hotel en Alcanar con un restaurante mas espectacular aun. Es precioso, acogedor, tiene varias chimeneas que al entrar te hacen sentirse como un gato en los brazos de su dueño...en casa. De tonos blancos y madera, es visualmente muy hogareño. El personal es hiper amable, educado y simpatico. Llegamos (21.15) y el restaurante estaba lleno a falta de nuestra mesa y otra de 4. Tras acompañarnos a la mesa nos atendio Aitor, chef del restaurante, a su misma vez, somellier y amfitrion, la verdad, un tipo espectacular. Como vive la cocina y el mundo vinicola lo transmite y te hace disfrutar mas si cabe de la genial cena. Ciegamente, tras escuchar como habla de sus vinos, se nota ha metido muchisimo trabajo y horas en la bodega que tiene, nos dejamos llevar por el sendero de sorpresas que nos ofreció. Tras disfrutar de los aperitivos, 4 delicadas y magnificas elaboraciones y un consome emulsionado de verduras asadas, y de una mantequilla batida de obeja, de textura y sabor increibles, empieza el menu. Tomate asado con gamba roja de la zona, esparrago blanco y lias de vino de la Foradada del Celler de Frisach, pimiento verde frito y tartar de bonito del mediterraneo (guiño al "esmorzaret valencià", tierra de Aitor), arroz carnaroli de la zona del Delta del Ebre con berberechos y hoja de limonero, pescadilla de la Rapita con suquet de la misma y un buñuelo de barandada de pescadilla coronado con su kokotxa y como ultimo pase salado wellington de berengena asada con capipota. El camino dulce que nos llevaria al cafe y la sobremesa se caminó con dos pasos Cerezas, almendra cruda y flor de sauco y Melón, almibar de galanga, sesamo y cava. Llegados a los cafes te ofrecen tres petit fours, mi preferido el carquinyoli, pero estan los tres buenisimos. No he ido valorando cada plato porque la experiencia, como te pasa con Sacha en Madrid, te la pone arriba del todo nada mas llegar Aitor, un tipo genial, encantador, inteligente, gracioso, humilde y apasionado de su trabajo, alma y oxigeno del restaurante. En ese nivel en el que arrancas no baja la experiencia gastronomica ni un segundo. Estaba todo para pedir tres platos de cada, visualmente preciosos, sabores intensos y equilibrados, contrastes relevantes y acertados, texturas largas y memorables y cantidades perfectas para llegar al final de la cena sin quere morirte del empacho que llevas por no dejar nada y hacer un feo a la cocina. Agradecer el trabajo de las personas que nos atendieron y de la cocina, que estan a la altura del gran capitan que tiene ese "espectacular barco" llamado CITRUS.

Fue una deliciosa experiencia, acompañados del chef que con mucha pasión nos explicaba cada plato, felicitaciones al chef por su creatividad, buen gusto y pasión y también a los chicos que complementan el equipo, excelente servicio.

Magnífico restaurante digno de Guía Michelin entre otros. Menú de degustación impresionante, trato del personal impresionante, precio elevado pero muy justificado.