Cinco Sentidos - Bar Restaurante en Palma de Mallorca

Se come como un rey, la parrillada es espectacular.

Restaurante de Polígono. Buen menú. Buenos precios y raciones suficientes. Los viernes carnes a la brasa.

Fuimos a comer un grupo. Bien atendido, y con un plato del día con bastantes opciones para elegir. Todo estaba bastante bueno. En mi caso una lubina con ensalada. La gente salió contenta

Comida espectacular, para repetir sin duda. La camarera muy amable y atenta.

Comida y atención excelentes !!

Todo perfecto. Muy bueno y la camarera muy amable. Las natillas espectaculares. Y barato. De 10

Se llama 5 Sentidos, pero te aviso: cuando sales de allí, parece que te han despertado un sexto. Porque madre mía, qué forma de cocinar y de tratar al cliente! Menú del día como los de antes, pero bien hecho, con cariño y con cabeza. Nada de esos menús tristes que parecen de hospital con pretensiones. Aquí no, la comida entra por los ojos, te acaricia el paladar y te da una colleja de sabor como diciendo: “¡espabila, que esto es comida de verdad!” Los jueves hay lechona… pero no cualquier lechona, no. Esto no es carne seca ni chicharrón sin alma. Aquí hablamos de una lechona que se deshace sola, como mantequilla caliente en pan de pueblo. Y los viernes… parrillada! Pero no una de esas que parece hecha con carbón mojado y carne de gasolinera. No, no. Esto es carne buena, vuelta y vuelta con respeto, como si estuvieran asando en el cielo y te bajaran el plato directo a la mesa. Y luego están Andrea y Ana María… qué dos cracks! Te atienden como si fueras el primo que hace años que no ven y al que hay que mimar. Cercanas, rápidas, simpáticas, pero sin empalagar. Un trato que ya quisieran muchos restaurantes con estrella. En resumen.. si no vas, te lo pierdes. Y si vas… vas a volver. Así, sí!

Buenos platos de comida personal agradable lo recomiendo

Desayuno sencillo, sabroso y con atención de primera Esta mañana he desayunado en el Restaurante Cinco Sentidos y ha sido todo un acierto. Pedí una tortilla de cebolla con tomate natural y una caña, y la verdad es que estaba todo buenísimo. La tortilla, jugosa y bien hecha; el tomate, fresco y aliñado justo. A veces lo más simple, cuando está bien hecho, es lo que más se disfruta. La atención, como siempre, de diez. Che no falla: amable, atenta y con una energía que te alegra la mañana. Se agradece encontrarse con personas así a primera hora del día. Un sitio muy recomendable para empezar bien la jornada. Volveré sin duda.