He estado a punto de no ir por las reseñas, pero quería comprobarlo ya que la gente tiende a poner solo lo negativo.
He comprado unas porras y chocolate y están muy bien.
La atención ha sido rápida y amable.
Un lugarcito agradable, estilo salón de té. Los churros no son nada del otro mundo, pero el pastel estaba realmente muy cremoso. La joven dependienta, que habla un inglés excelente (porque nuestro español deja mucho que desear 🤪), fue muy amable y tenía un ambiente jovial. Lo mismo puede decirse del chef.
Lo recomiendo para un refrigerio rápido.
Lugar con encanto para degustar un buen chocolate con churros recién hechos en cada pedido, o un buen café acompañado por una amplia variedad de repostería.
Su cuidada decoración con detalles que evocan tiempos pasados, hacen que en tu mente afloren sentimientos de añoranza.
Gracias a sus dueños por haber sabido conseguir crear un lugar de encuentro para sentirte como en casa.
Hemos estado mi familia y yo y la verdad que no es la primera vez que vamos y todas las veces que hemos ido ha estado todo buenísimo el chocolate en su punto, los churros estaban perfectos además te dejan un azucarero para que te eches azucar al gusto, al igual que las porras que nos dieron dos de prueba por detalle del cocinero.
A parte yo me cogí un café con leche que estaba buenísimo, además, me entro por los ojos un trozo de tarta de ferrero, que estaba en el punto de empalagoso y no, en su punto.
La vdd que es un sitio que recomiendo ir.