Chocolat Factory en Santiago de Compostela

Fuimos a esta chocolatería sin muchas expectativas. De hecho, se ve muy bonita, pero un poco cara. Entramos con una bienvenida extravagante. Muy lujosa y suntuosa. El chocolate era precioso. Había chocolate blanco, chocolate negro, chocolate con leche e incluso chocolate con naranja. En fin, no voy a enumerar todos los chocolates, pero había chocolate espolvoreado con malvaviscos, chocolate recubierto, chocolate blanco, chocolate con leche y chocolate con naranja. Incluso chocolates que te hacían pensar que eran trampantojos. Cogimos una caja pequeña porque no podíamos permitirnos más, porque seguía pareciendo muy caro, dado el atuendo del empleado, que era muy lujoso y no parecía estar dentro de mis posibilidades. Cogimos una caja pequeña y la probamos, y no era el mejor chocolate del mundo. Fue más por la experiencia que esta chocolatería estaba allí, porque era muy bonita y los chocolates estaban bien dispuestos, con chocolate blanco, chocolate con leche, chocolate con naranja, chocolate recubierto y todo tipo de cosas por el estilo.

Encantada con el servicio, excelente disposición de Albany para facilitar en todo lo posible mis solicitudes, incluso se ofreció ella misma a llevar el pedido personalmente. Muy agradecida. Muchas gracias

Una tienda muy bonita y un chocolate realmente delicioso. El servicio fue amable, sonriente, acogedor y servicial.

Late & Late Chocolate: un rincón dulce para volver a sonreír Entrar en Late & Late Chocolate es como abrir la puerta a un mundo de aromas intensos, sabores reconfortantes y detalles cuidados. Es imposible no dejarse llevar por el olor a cacao, la calidez del ambiente y el mimo con el que está montado cada rincón. La calidad del chocolate es sencillamente espectacular. Ya sea en forma de bebida caliente, bombones, tabletas artesanas o dulces con combinaciones originales, todo lo que ofrecen está hecho con cariño y buen gusto. Es el tipo de lugar que no solo se saborea, sino que también se disfruta visualmente: bien presentado, limpio y con un ambiente relajante. La atención es cercana, amable y atenta. Se nota que les apasiona lo que hacen, y están encantados de explicar los productos, sugerir una mezcla distinta o ayudarte a elegir un regalo especial. Si eres amante del chocolate (o simplemente de las cosas bien hechas) este sitio es parada obligatoria en Santiago. Un lugar donde cada visita se convierte en un pequeño homenaje a los sentidos. Totalmente recomendable para darse un capricho… o para regalar uno. El precio es un poco elevado, pero claro, todo esta dependiendo del tamaño del bolsillo de cada uno.