Se llama chiringuito, pero es bastante más: servicio amable y profesional, calidad en la comida y un enclave único en la Ribera de Suances y con la ciclo-peatonal ruta de la Ría al lado. No hemos vuelto adictos a sus hamburguesas y a su tarta de queso, aunque la sugerencia del tinto de verano con licor de melocotón tampoco es manca. Una sorpresa agradable, que se volvió una costumbre en nuestros días de vecaciones en Suances.