Este bar se ha convertido en uno de mis favoritos. El café está riquísimo, de los mejores que he probado. La camarera que suele encargarse es encantadora, atenta y siempre con una sonrisa. Todo el personal en general es súper majo y agradable, da gusto ir a un sitio donde te tratan tan bien. Además, los precios son muy económicos, lo que lo hace todavía mejor. Y el local… ¡increíble! Tiene un ambiente acogedor y bonito que invita a quedarse. Totalmente recomendable.
Lo que más me gusta son sus terrazas, tanto la interior como la que está en la acera. En los días buenos es un placer sentarse a tomar algo mientras disfrutas del bullicio que hay alrededor. El café no está mal, pero tampoco es de lo mejores que tomé.