Estábamos buscando un lugar para comer por la noche, pero la mayoría de los lugares no estaban sirviendo comida caliente. Cervecería Calderón estaba vacía pero nos sentamos afuera y decidimos probar sus tapas. No teníamos la intención de quedarnos, pero la comida era tan deliciosa y el vino muy bueno que no nos movimos más.
Entre nosotros teníamos:
- tosta de salmon ahumada y queso cremoso.
- tosta de guacamole con langustino.
- Banuelo de bacalao con gambon.
- caballitos caseros.
-Zamburinas.
- banuelo de bacalao con gambon.
-gambas al ajillo.
-copioso vino tinto y blanco.
Todo por unos 30 euros.
Los camareros eran muy atentos y en general fue la mejor noche que tuvimos en nuestros dos meses de viaje con la caravana.
-Muchas gracias.