02/08/2025: Ya conocía Skina en su anterior ubicación, en pleno casco antiguo de Marbella, donde me impresionó por su cocina precisa, creativa y profundamente arraigada al producto andaluz. Ahora, tras visitar su nueva ubicación, puedo decir que han llevado la experiencia a otro nivel, sin perder ni un ápice de su esencia.
El nuevo espacio mantiene esa elegancia minimalista, íntima y cuidada al detalle, pero con un aire más sofisticado y actual. Lo que no ha cambiado —afortunadamente— es el trato impecable de todo el equipo. Desde la bienvenida hasta la despedida, la atención fue cálida, cercana y extremadamente profesional. Se nota que cada persona que trabaja aquí cree profundamente en lo que hace.
En cuanto al menú de temporalidad, fue una auténtica celebración del mar y la tierra. El tartar de atún rojo con cereza fue un bocado fresco y sorprendente, perfectamente equilibrado. Las quisquillas con caldo Thai combinaban la dulzura del producto local con un toque exótico que elevaba el conjunto. La gamba roja con su sopa en amarillo y azafrán fue pura delicadeza, un plato con alma marinera y profundidad de sabor.
El gazpachuelo malagueño, en homenaje a los hermanos Alba, fue uno de los momentos más emotivos del menú: un guiño a la tradición con técnica refinada y sabor auténtico. El pescado "entre dos mares" fue una pieza ejecutada con maestría, que hablaba tanto del Mediterráneo como del Atlántico.
El solomillo de buey, con mole y boniato asado, fue el broche perfecto a los platos salados: potente, equilibrado y muy bien acompañado por su demi-glace. De postre, el ajoblanco con moscatel y ruibarbo fue refrescante y original, mientras que el trío final de chocolate, vainilla y plátano fue una forma dulce y elegante de terminar el recorrido.
Skina sigue siendo una joya gastronómica en Marbella, ahora con un escenario renovado que acompaña a la perfección su propuesta culinaria.
24/07/2025: *Cena íntima en su máxima expresión*
Nuestra experiencia en este restaurante de mariscos con 2 estrellas Michelin fue inolvidable. Desde el momento en que entramos, nos sentimos increíblemente bienvenidos y valorados. Lo que hizo nuestra velada realmente especial fue tener todo el restaurante para nosotros, creando un ambiente íntimo y exclusivo que nos permitió sumergirnos por completo en la experiencia culinaria.
Lo mejor de la noche fue presenciar a los chefs en acción, observándolos preparar cada plato con precisión y esmero. Este vistazo entre bastidores añadió una capa adicional de apreciación por el arte y la artesanía de cada bocado.
Los mariscos estaban exquisitos, y cada plato demostraba la creatividad y la experiencia del chef. Cada bocado fue una clase magistral de sabores, texturas y presentación. El servicio fue impecable, atendiendo todas nuestras necesidades con calidez y profesionalismo.
Esta experiencia gastronómica fue más que una simple comida; fue una celebración de la alta cocina, un servicio impecable y una atención personalizada. Si busca una noche especial que se sienta como un evento privado, no busque más. Salimos saciados, impresionados y ya planeando nuestra próxima visita.