No puede ser más irregular. Combina platos y bocados de una profundidad de sabor y originalidad fantásticos con otros absolutamente fallidos. Los postres lo mismo. El local es demasiado tenue e impersonal. La presencia de juguetes en la mesa no se entiende, y en general falta una narrativa que haga que todo tenga sentido. Da la sensación que saben lo que quieren hacer pero no les sale muy bien, palos de ciego.
El servicio es agradable.
Está muy lejos de lo que ofrecen otros restaurantes con el mismo precio y tipo de menú. No repetiría.
Increible puesta en escena, comida, sabores y espacio intimo y tranquilo para disfrutar al 100% de la comida y los sentidos!
Profesionalidad, experiencia 100% recomendable un 10!