Casa Víctor en Gijón

Gran sorpresa. Limpieza al extremo. Buena clase de cocina y trato excelente. Volveremos.

Una taberna clásica en Somió. Para volver sin duda.

Hacia muchos años que no paraba que recuerdos más bonitos

Un local con solera, gestión familiar y una clientela de parroquianos habituales que lo hacen muy familiar. En cocina tiene fama por su tortilla y calamares fritos. El espacio es limitado, mayormente en terraza al pie de la carretera, sin acera, con muy poco espacio para aparcar que se hace ocupando la calzada. De cara a tomar el vermut es recomendable madrugar para coger sitio. Precios acorde a la zona, que pueden sorprender a nuevos clientes (Ej. Un agua con gas 3,50€) No se admiten perros, lo cual se agradece.

Mi Bar favorito de Somio, buen vino, no es una Sidrería así que los que pedimos una botella sabemos que la vamos a pagar más cara y no te van a escanciar, y?Es un sitio auténtico, donde hay tertulias diarias de gijoneses que llevan décadas acudiendo, y que nos compensa lo agusto que estamos siempre allí, estamos como en casa o mejor. La tortilla, ensaladilla, el tomate, los calamares, etc. todo increíblemente rico y de calidad. NO se Admiten perros ni dentro ni en la terraza, y hay un cartel que lo advierte, si vas, o dejas el perro en el coche o lo dejas en la carballera de enfrente o lo metes en un trasportín.No entiendo las reseñas negativas por ese motivo, nunca leo reseñas negativas en los locales que si los admiten, y también hay personas a las que les resulta desagradable el tener perros cerca, lo que hacen es no ir a esos locales y ya está. RESPETO y derechos para todos, no solo para algunos. En resumen, no es apto para el foriatu que no acepta las normas ajenas . Si algún día cambiara, no sería "el mi barin".