Casa Escartin Restaurante en Calatayud

Reservamos el mismo día para comer y siempre que hemos estado hemos salido encantados. Pillamos el Menú Verano: cinco entrantes, de plato principal yo me fui al solomillo y mi acompañante al bacalao. De postre, flan y tatin de manzana con helado. El servicio genial, el propio Escartín (un crack) y sus camareras super majas. Un detalle que me gustó fueron las toallas de mano para secarte en el baño. Sitio muy cuidado, se come genial y te tratan como en casa.

Inmejorable. Nos gusta comer bien y hacía mucho que no disfrutábamos tanto comiendo. Todo perfecto, tanto los entrantes como los pescados que hemos elegido. Y una atención excelente. Necesitábamos un taxi y el dueño se ha desviando por conseguirlo. Enhorabuena y muchas gracias por todo

Hemos ido a comer y la verdad que ha sido todo un acierto. Casa Escartín es una parada obligatoria en Calatayud para quienes buscan una combinación de buena gastronomía tradicional, excelente servicio y ambiente acogedor. Repetible y altamente recomendable al 100% para disfrutar de una experiencia culinaria auténtica y satisfactoría. Todos los platos que pedimos estaban riquísimos y muy bien presentados, además íbamos con reserva y llegamos un poco tarde y no nos pusieron ningún inconveniente.

Menú de mediodía muy bueno. Lo único sin embargo, es que las copas de vino, que se pagan aparte, son caras, 4.6€ cada una. Por lo demás todo muy bueno

Casa de comidas de corte clásico tanto en cocina como estancia en local. Cocina de producto y temporada con un menú de fin de semana a buen precio con variedad y buenas raciones. Todo rico pero sin sobresaltos. Bodega amplia a buen precio con referencias interesantes de la zona y alguna de índole nacional. Servicio rápido y amable.

Era una parada a mitad de camino y estuvo muy bien. El personal muy amable y la comida buena y abundante.

La experiencia ha sido estupenda; servicio y atención de lo mejor, producto de primera, comida riquísima. Pedimos un arroz roto con mariscos que estaba buenísimo. Sin duda lo mejor que hemos comido en Calatayud. Si vas a Calatayud no olvides hacer reserva ya que está muy solicitado.

Fui a comer con un amigo que vino a Calatayud de visita. No teníamos reserva, pero como tardaríamos poco nos hizo hueco y pudimos comer superbién. Agradecidísimos por el favor de darnos mesa. La comida deliciosa, las mejores croquetas que me he comido en un restaurante en años, caseras de verdad. El servicio inigualable, llevo 5 años viviendo en Calatayud y nunca me había gustado la hostelería de aquí, pero en Casa Escartín la experiencia ha sido increíble. Están muy atentos todos el tiempo para retirar los platos y servir a todos a la vez, llenarte el vaso de bebida... La limpieza inmejorable también. 100% recomendable.

Agradable sorpresa en Calatayud, comida excelente así como el servicio y a precio más que razonable, en un ambiente de calidad y confortable. Dejarse aconsejar por el propietario/maitre. El vino aconsejado de la zona muy recomendable por su buquet, suavidad y precio.

Me dejé llevar por las opiniones leídas que, en general, eran positivas. Reservé para comer con unos amigos. El local es acogedor: decoración agradable (incluso elegante), aseos muy limpios y cuidados (cosa que se agradece), servicio atento; pero la comida, decepcionante. Pedimos menú (29 euros, bebidas aparte). Para empezar, el menú que nos ofrecen no se corresponde con el anunciado en internet, pero bueno, tal vez no han actualizado la web… Pero la calidad de la comida es bastante justita, no acorde con los 29 euros: un bacalao más bien “tieso”, con una buena salsa de pimientos, eso sí. Pero peor fue para los que pidieron entrecot con patata asada: no había forma de comerlo, duro y con nervios. La mitad se fue de vuelta en los platos. Se lo comentamos amablemente a la camarera cuando los retiró y salió un joven de la cocina (¿el chef?) que se justificó diciendo que la carne del menú era de menor calidad que la de la carta. Sobran comentarios… Y respeto a los postres, muy normalitos. La verdad es que no nos han quedado ganas de volver.